Emanuel Ginóbili se transformó anoche, por imperio de su talento, del reconocimiento de un lugar alejado de su Bahía Blanca natal como la ciudad estadounidense de San Antonio y por esa fantástica galaxia del básquetbol que es la NBA, en una leyenda viviente de este deporte que convirtió su ya histórica camiseta blanca y negra número 20 de los Spurs en un símbolo bien argentino.
El homenaje fue un acto que tuvo como excusa el partido que los Spurs jugaron contra los Cleveland Cavaliers, pero que se vistió de “celeste y blanco” desde antes y hasta después de esos 48 minutos que tuvieron un encuentro en que los de San Antonio extrañaron mucho a “Manu”, tanto como sus aficionados, luego de la apretada victoria por 116 a 110.
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Ginóbili estuvo acompañado por un grupo de familiares y amigos: su padre Jorge y Raquel Maccari; sus hermanos Leandro y Sebastián; su esposa, Marianela Oroño; sus hijos, Luca y los gemelos Dante y Nicola, y su suegro, el ex jugador Luis Oroño.
A los 41 años, desde sus comienzos en la Liga Nacional en 1995 jugando por Andino de La Rioja, pasando por la consagración como el mejor jugador de la Euroliga en la final ganada con el Kinder Bolonia italiano en 2001, hasta su llegada a la NBA en 2002, todo fue magia en la vida de Ginóbili, del “Manu” jugador, que se fue para siempre del básquetbol pero quedará por siempre como una leyenda sin tiempo, pura historia.
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(Fuente Telam)