Juntar la física cuántica y el teatro parece una tarea difícil e impensable. El director, actor y docente Mariano Dossena unió estas dos disciplinas en Copenhague, uno de los sucesos teatrales de la calle Corrientes que está posicionándose en la cartelera teatral desde su estreno. La obra recrea el encuentro misterioso entre los científicos de vanguardia, Niels Bohr y Weiner Heisenberg en 1941 en Copenhague (Dinamarca). El reencuentro entre estos dos físicos, que contribuyeron a la creación de la bomba atómica, plantea una reflexión ética sobre el uso de la ciencia para generar armamento nuclear en plena Segunda Guerra Mundial
La pieza teatral fue escrita por Michael Frayn en 1998. Fue interpretada en diversas partes del mundo. En el país, se estrenó una versión ampliamente recordada, allá por el año 2002, en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín bajo la dirección de Carlos Gandolfo junto a los actores Alicia Berdaxagar, Alberto Segado y Juan Carlos Gené, uno de los maestros de Mariano Dossena.
Diario Vivo: ¿Cómo fue el proceso de creación de la obra?
Copenhague es un texto impresionante pero dadas las condiciones de lo que el teatro puede sostener hoy, se hicieron pequeños cortes. Requiere muy buenos actores y mucha entrega. Antes de empezar los ensayos, recibí el asesoramiento de Juan Carlos Imbrogno, profesor de física. Hubo ensayos donde estudiamos física. En ese sentido, fue un proceso atípico porque nunca estudié ningún tema en particular para una obra de teatro. Aprendí algo más de física y empecé a entender que cada instante de la vida está habitado por elementos de la física cuántica.
Diario Vivo: ¿Tuvo en cuenta algunas características de la obra dirigida por Carlos Gandolfo? ¿Se vio influenciado por esta versión?
La versión de Carlos Gandolfo, yo la vi en su momento y me encantó pero no me vi influenciado por ella. Creo que pasaron los años, son otros los actores y la dirección. Es como hacer un Hamlet o un Shakespeare, es un clásico. Sigue siendo un clásico y está bueno volver a repetir este texto porque muchas generaciones no lo vieron en su momento.
Diario Vivo: Como director, en los últimos años dirigió “Blum” en el Teatro Regio “Sacco y Vanzetti” en el Teatro Nacional Cervantes, “Los Invertidos” en el Teatro El Extranjero, Espectros en la misma casa teatral que hoy alberga a Copenhague, todas son obras clásicas con cierta trayectoria en el circuito teatral ¿Le interesa contar este tipo de historias o es algo que surge espontáneamente?
No soy un amante de la historia realmente. En el colegio, me la llevé muchas veces. Las historias que me llaman la atención, tienen que ver con algo que se necesita volver a pensar. Me llaman la atención por la mirada que tienen sobre lo clásico, el trabajo sobre la palabra o la escritura. Creo que tengo la misión de recuperar textos clásicos.
Diario Vivo: Volviendo a Copenhague, el texto dramático de Michael Fayn plantea una reflexión sobre el uso de la ciencia para destruir la humanidad. Es muy significativa la repercusión que tiene los actos de estos científicos Bohr y Heinsenberg…
La obra plantea la repercusión que tienen los pequeños actos que cada uno de los científicos comete para la Humanidad. El más mínimo acto tiene repercusión. También, se cuestiona el tema moral y que el conocimiento se puede usar para el bien o para el mal. Bohr y Heisenberg utilizaron todo su conocimiento para construir todo ese plan maestro que tuvo la Humanidad; la bomba atómica. Fue un arma construida y pensada milimétricamente por humanos. Es escalofriante porque los dos eran personas comunes, tenían hijos, esposas, ambos fueron Premio Nobel, entonces el bien y el mal está siempre a un paso. La obra está anclada en el encuentro que tuvieron en Copenhague. A partir de ese momento, algo le quería decir Heinsenberg y algo quiso o no escuchar Bohr. Eso cambió el destino de la Humanidad. La pregunta que ronda en torno a ese encuentro es ¿Qué pudo haber sucedido si pasaba otra cosa? Eso es tan misterioso que no sé sabe.
Diario Vivo: En el texto dramático, Margarita, la esposa de Bohr oficia cómo nexo entre Bohr y Heinsenberg… ¿Qué nos puede decir acerca de este personaje?
Marguerite era una gran mujer- Era la que también cortaba el bacalao. No tenía la misma sapiencia que Bohr pero si influyó en los dos hombres. También, era un poco la madre de Heinsenberg por el vínculo que se armó entre ellos. En la obra, quizás hace reflexionar. Finalmente, ella tampoco puede verse a sí misma, ella tampoco puede saber que están haciendo. El personaje tiene un juego precioso en relación al estar adentro y afuera. También, funciona como la mirada del público, explica lo que se está hablando pero no entiende lo que están haciendo. Claramente, el público si sabe qué están haciendo.
Diario Vivo: La obra estrenó hace pocas semanas y ha tenido una repercusión importante ¿Qué balance puede hacer del éxito de Copenhague?
A dos semanas del estreno, las localidades siempre están agotadas. Que suceda esto hoy, es una bendición. Si la obra sigue así, vamos a continuar hasta mitad de año. No sabía qué recepción podía crear un texto tan complejo pero es interesante ver cómo la gente atraviesa esa dificultad y se mete en las contradicciones de los personajes. El público sale muy emocionado del teatro.
Ficha Técnica:
Autor: Michael Frayn
Traducción: Fernando Masllorens y Federico González del Pino Elenco: Patricio Contreras, Alejandra Darín, Sergio Griffo
Escenografía: Nicolás Nanni
Realización de escenografía: Bea Blackhall
Diseño de vestuario y maquillaje: Vanesa Abramovic / Flora
Música original: Rony Keselman
Iluminación: Horacio Novelle
Fotografía: Nacho Lunadei
Diseño gráfico: Nahuel Lamoglia
Asesoramiento: Juan Carlos Imbrogno
Asistencia de producción: Fausto Labraña, Frecia Chirinos, Natanael Fernández, Giselle Obregon
Coordinación producción: Anita López
Producción ejecutiva: Pablo Silva
Producción general: Laura Cerati
Asistencia de dirección: Esmeralda Giménez
Dirección: Mariano Dossena