“María feminista”, la obra que un grupo católico busca prohibir

Como sucedió pocas veces desde el retorno de la democracia, una escultura fue retirada de su exhibición por una orden judicial. Sucedió en el Centro Cultural Haroldo Conti, en donde, tras la denuncia de un grupo católico, la obra “María feminista” fue colocada en una cuarto cerrado de la institución al que solo se puede acceder a pedido.

La escultura, realizada por la artista Coolpa, muestra a la Virgen María con el pañuelo verde de la Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito. La obra formaba parte de la muestra “Para todes, tode – Plan de Lucha”, compuesta por trabajos de más de cien artistas y comunicadoras e inaugurada el pasado 9 de marzo.

Sin embargo, la obra también conocida como “la virgen abortera” fue retirada de su exhibición tras una medida cautelar presentada por el grupo Corporación de Abogados Católicos por sentirse agraviados. Esteban Furnari, el titular del Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Federal N°10, hizo lugar a la medida cautelar presentada ordenó el traslado de la escultura que actualmente, está en un cuarto del Conti, bajo llave. Ahora, la Virgen del pañuelo verde solo puede ser vista por mayores de 18 años y a pedido.

Pero Kekena Corvalán, la curadora de la muestra, adelantó a Diario Vivo que “se está trabajando” para que la obra vuelva a ser exhibida como estaba antes, en la librería del centro cultural. Si bien aclara que la medida cautelar fue acatada, agregó: “Se me exige a mi que la saque de la muestra y como considero que esto es un acto de censura no la voy a sacar nada. No voy a ejercer ningún acto de censura”.

La curadora criticó a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación por “reconocer el agravio” y, en este sentido, acusó al organismo conducido por Claudio Avruj de apoyar la presentación judicial que terminó con el retiro de la obra.

Por su parte, el grupo de abogados católicos le exigió al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación que apligue sanciones contra los responsables del Conti y a las personas que organizaron la muestra.

Corvalán contó además que la situación comenzó a afectarla en su vida cotidiana. “Esto me trae muchos perjuicios, me trae problemas laborales, psíquicos. No doy más con esta historia, me están acusando de las cosas mas estrafalarias en los medios. Estoy empezando a sentirme victima de esta situación y esta gente no va a parar hasta verme arder en el infierno, como me dijeron en una amenaza”.

Mientras tanto, en la web ya se organizó la firma de un petitorio para que “María feminista” sea nuevamente exhibida. “Me siento acompañada por la comunidad artística, del campo cultural maduro, que le esté diciendo no a la censura. Nadie quiere censura, estamos en democracia”, comentó Corvalán. Para la curadora, la censura se da en el marco de un “avance de los derechos que es irrefrenable”.

“Mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries se reúnen en el Conti desde diferentes puntos del país y experiencias creativas, militantes y educativas para poner en común e interpelarse desde sus prácticas. Territorializar el deseo, despertarlo, compartirlo, sostenerlo, hacerlo crecer, sabiendo que en la oscuridad de la noche, son nuestras prácticas culturales, lo que hagamos colectivamente, lo que ilumina”, se lee en la presentación de la muestra que seguirá hasta el 26 de mayo.

Los trabajadores del Centro Centro Cultural Haroldo Conti, nucleados en ATE, también se expresaron sobre la censura sobre la escultura y sostuvieron, a través de un posteo en Facebook, que “desde la inauguración de la muestra, tanto la curadora como lxs artistas y lxs trabajadorxs hemos recibido miles de mensajes con amenazas por parte de estos grupos violentos y retrógrados. A los pocos días, la Secretaría de Derechos Humanos cedió ante sus presiones y publicó en Twitter un confuso comunicado en el que intentó despegarse de la obra, acusando a la curadora de haber actuado de “mala fé”. Desde ese momento, además, buscaron insistentemente que la propia curadora sea la responsable de bajar la obra. Extraoficialmente pudimos saber que las presiones vinieron desde la propia Vicepresidenta Gabriela Michetti.”