Japón se prepara para presenciar mañana la abdicación de su emperador Akihito, en una histórica sucesión del trono imperial con medidas de seguridad reforzadas en torno al palacio y un aire festivo en todo el país.
Se trata del primer relevo en vida en dos siglos pues la última vez que hubo una abdicación imperial en Japón fue el 7 de mayo de 1817, cuando lo hizo Kokaku. Los emperadores de entonces no solían superar los 40 años al frente del Trono del Crisantemo, pues fallecían jóvenes o eran forzados a abdicar.
El país asiático cerrara mañana la era Heisei (paz) del emperador Akihito, el período más pacífico que tuvo el país en su historia reciente. Al día siguiente, con la entronización de su hijo Naruhito, empezará la era Reiwa (bella armonía).
Akihito, de 85 años, anunció el 8 de agosto de 2016 que por su avanzada edad y su quebrantada salud le resultaba difícil cumplir con sus funciones, pero no anunció oficialmente su deseo de abdicar, porque la ley de entonces no lo permitía.
Fue necesario aprobar una ley especial, y el gobierno anunció el 1 de diciembre de 2017 que la sucesión trono se haría entre el 30 de abril y el 1 de mayo de este 2019.Su voluntad obligó al parlamento a aprobar una ley especial: hasta entonces no estaba previsto que el monarca -considerado de estirpe divina hasta la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial en 1945- pudiera abandonar el trono en vida.
Los actos se cerrarán el sábado con la primera comparecencia en público de Naruhito como emperador, quien, en seis ocasiones, cumplirá el tradicional saludo desde los balcones del Palacio Imperial.
(Fuente Telam)