En España, por primera vez exhiben el Mio Cid

La primera gran obra literaria escrita en castellano, que se encuentra en un delicado estado de conservación, podrá verse en la Biblioteca Nacional de España (BNE), en Madrid.

La única copia conocida del manuscrito del “Cantar del Mío Cid”, la primera gran obra literaria escrita en castellano que se conserva en delicado estado, se exhibe al público por primera vez desde hoy y durante dos semanas en la Biblioteca Nacional de España (BNE), en Madrid.

Estuvo 600 años atesorado en conventos, casas de eruditos y cámaras acorazadas pero desde hoy, detrás de una urna vidrio a 21 grados de temperatura, el público pudo ver al manuscrito del “Cantar del Mío Cid”, recogido en el Códice de Vivar del siglo XIV, que se encuentra en delicado estado aunque se conserva casi completo porque solo le faltan la primera hoja y dos del interior.

La Biblioteca Nacional de España contó en un comunicado de prensa que los primeros visitantes fueron profesionales pero también visitantes interesados por la figura del Cid, como Gerardo un turista argentino que “hizo coincidir su visita a Madrid con la exposición”, o Marcelo, “que se encontraba de visita en España cuando le llegó la noticia de la exposición del códice que había marcado su educación secundaria”, informan.

El Códice del Mío Cid, del siglo XIV, está integrado por 74 hojas de pergamino grueso con el poema épico que relata las hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, que vivió en el siglo XI.

El códice fue encontrado en 1596 en el archivo de la localidad burgalesa de Vivar del Cid, en Burgos (norte español), y de allí fue trasladado al convento de monjas clarisas del pueblo donde permaneció hasta 1776, cuando Emilio Llaguno y Amírola, secretario del Consejo de Estado, sacó el manuscrito y se lo llevó a un bibliotecario real para su estudio y edición.

De acuerdo a la información de la agencia de noticias Efe, el rastro del códice se pierde hasta poco antes de mediados del siglo XIX y posteriormente fue adquirido por el marqués de Pidal, en cuya familia permaneció y fue objeto de estudio por expertos, especialmente por el intelectual medievalista Ramón Menéndez Pidal.

Fue este quien se decidió a transcribir el poema, que adquirió la Fundación Juan March a los herederos de Alejandro Pidal a finales de 1960 para donarlo al Ministerio español de Cultura. El 20 de diciembre de ese año se firmó en la Fundación Juan March la escritura por la que se donaba la obra a la Biblioteca Nacional de España.

Ahora, al cumplirse 150 años de su nacimiento, la BNE junto a la Fundación Ramón Menéndez Pidal, con la colaboración de la Fundación Ramón Areces, realizan la exposición “Dos españoles en la historia: el Cid y Ramón Menéndez Pidal”, que se puede visitar hasta el 22 de septiembre, aunque el códice solo podrá verse hasta mediados de junio debido a las medidas de conservación que requiere.