El profesor Jim Milles ordenaba viejos papeles en un archivo de la Universidad de Manchester cuando una carpeta roja apareció ante sus ojos: allí, nuevos datos sobre uno de los genios del siglo XX, bajo el polvo, esperaban para ser descubiertos.
El científico Alan Turing ya cuenta con una importante cantidad de fanáticos: pionero de las ciencias de la computación, descubridor del famoso código Enigma, Turing también es, por desgracia, conocido por la persecución sufrida a causa de su elección sexual.
Ahora, Milles logró alumbrar un poco más sobre la vida de Turing como profesional, ya que no se encontraron cartas destinadas a familiares o por temas personales. El profesor halló en el archivo 148 cartas que atraviesan el pensamiento del científico inglés.
Turing se convirtió en 1949 en subdirector del laboratorio de investigación de la Universidad de Manchester. Eso se ve plasmado en sus cartas, como así también su pensamiento, por ejemplo, sobre Estados Unidos. “No me gustaría el viaje, detesto América”, escribió el matemático, en una carta de respuesta a un físico que lo invitó a dar una conferencia en 1953.
Hay, además, comentarios sobre sus investigaciones e incluso estudios que no fueron publicados. También se encontró un borrador realizado para un programa de radio acerca de un tema que hoy es central. El título de ese documento es “¿Pueden pensar las máquinas?”.
Los manuscritos tienen fecha de marzo de 1949. Turing, sometido al castigo de la castración química por su homosexualidad, fue hallado muerto en 1954 tras ingerir una manzana que contenía cianuro. Su muerte fue catalogada como un suicidio. La vida del matemático fue, en 2015, representada en la película The Imitation Game.