Cada tanto, un poblado de Europa recuerda que su territorio alguna vez fue el blanco de un bombardeo sin medias tintas. Una evacuación masiva y una explosión controlada de una bomba enterrada son las formas en que todavía la Segunda Guerra Mundial extiende sus efectos en el tiempo.
El domingo próximo, Frankfurt será el escenario de una masiva evacuación, cuando las autoridades de esa ciudad se encarguen de extraer una bomba de más de una tonelada que cayó sobre una de las ciudades más ricas de Alemania.
Serán 70 mil los habitantes que deberán dejar sus casas, sus trabajos, los hospitales y sus lugares de recreación. La ciudad quedará casi desierta por culpa de la bomba HC 4000, lanzada por los aliados contra los nazis. El explosivo fue encontrado en un solar, y los especialistas sostuvieron que la evacuación no debía ser inmediata, por lo que el domingo fue el día elegido para trabajar sobre el artefacto.
La bomba se encontró el pasado 29 de agosto durante trabajos de excavación en una obra.
Si bien el domingo será la mayor evacuación en la historia de Alemania, en 2016, en Augsburgo, se debió hacer un operativo que incluyó el traslado de 54 mil personas, en tanto que la ciudad de Hanover debió evacuar a 50 mil de sus habitantes.