El artista Leandro Erlich y su tan instagrameable “La pileta”, que hizo nadar vestidas a 252.000 personas en el Malba -la muestra más vista en la historia de la institución- y el pionero del arte cinético Julio Le Parc, quien presentó a sus 90 años la muestra más grande de su vida, una retrospectiva en el CCK que visitaron 450.000 personas, fueron los hits del 2019 al marcar récord de convocatoria.
Le Parc fue uno de los grandes homenajeados este año en la Argentina, ya que además de la exposición “Un visionario” en el CCK, y una exposición con obras de sus inicios en el Museo Nacional de Bellas Artes, el artista argentino hizo brillar el Obelisco durante la Noche de los Museos con una intervención lumínica que proyectó imágenes de sus obras sobre el emblema porteño, utilizando la técnica del mapping.
Curiosamente, fue Erlich quien había realizado la última intervención artística en el Obelisco, cuando hizo “desaparecer” su punta en 2015, y hacerla reaparecer en la explanada del Malba (aunque en verdad el ápice fue recubierto con una suerte de carcasa espejada de tres toneladas), lo que se convirtió en un emblema de su trayectoria, plagada de obras ilusorias.
Sin dudas, el arte argentino ocupó un lugar rutilante en la mayoría de las programaciones de los museos y espacios culturales del país en este año, ya sea por la crisis económica o por una apuesta sincera a la poderosa y variada creatividad local, lo que derivó en muestras individuales de Carlos Alonso, César Paternosto, Norah Borges, Rómulo Macció, Flavia da Rin, Osías Yanov, Sergio de Loof, Max Gómez Canle, Adriana Minoliti y muchos más.
En abril de 2019, el Museo de Bellas Artes -la colección pública de arte más grande del país- reabrió luego de permanecer cerrado casi tres meses, con nuevas salas de exposición permanente de arte prehispánico y colonial, desde piezas del Noroeste Argentino del siglo V a. C. hasta las Tablas de la Conquista de México, de 1715.
También el Museo Casa de Yrurtia, donde vivieron los artistas Rogelio Yrurtia y Lía Correa Morales -quienes donaron al Estado Nacional su casa y colecciones en 1942- reabrió luego de permanecer cerrado casi cuatro años, tras una intensa puesta en valor y con un nuevo guión curatorial.
En tanto, el Museo de Arte Oriental reabrió sus puertas al público tras permanecer cerrado durante 18 años, en dos salas provisorias del primer piso del Palacio Errázuriz Alvear, donde funciona el Museo Nacional de Arte Decorativo.
A lo largo de todo el territorio argentino, muchísimos museos, centros culturales, universidades y espacios públicos recibieron las exposiciones, instalaciones y acciones de la segunda edición de Bienalsur, la bienal que se lanzó en mayo en Tierra del Fuego e incluyó, en Buenos Aires, exposiciones de artistas como Michelangelo Pistoletto (Italia), Martha Rosler (EEUU), Reza Aramesh (Irán), Rosângela Rennó (Brasil), Voluspa Jarpa (Chile) y muchos otros.
La presencia de arte argentino en el mundo comenzó a principios de año con obras de los argentinos Nicanor Aráoz y Luciana Lamothe en la feria de arte de Dubai; siguió luego, en la Bienal de Venecia, con la obra de Mariana Tellería en el Pabellón argentino, y tuvo un momento cumbre con la llegada de “La Menesunda reloaded”, de Marta Minujin, al New Museum de Nueva York, emblemática instalación realizada por primera vez en 1965 en el Instituto Di Tella y reconstruida 50 años después en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
Además, el MOMA de Nueva York, uno de los museos más prestigiosos del mundo, reabrió en octubre, luego de permanecer cerrado varios meses, con un nuevo guión curatorial, que incluyó por primera vez en su historia obras de artistas argentinos, como León Ferrari, Alberto Greco, Lucio Fontana y Mirtha Dermisache.
Además, presentó la exposición temporaria Sur moderno: Journeys of Abstraction, un destacado conjunto de arte abstracto y concreto con nombres como Gyula Kosice, Alfredo Hlito, Lidy Prati y Raúl Lozza, curada por la argentina Inés Katzenstein, directora del Instituto de Investigación para el Estudio del Arte de América Latina Patricia Phelps de Cisneros.
A fines de 2019, en Miami, en paralelo a la feria Art Basel, también la Argentina tuvo un lugar destacado, con un parque de esculturas a cielo abierto en Collins Park y obras de Matías Duville, Graciela Hasper, Marie Orensanz, Pablo Reinoso, Marcela Sinclair y Agustina Woodgate, además de una gran instalación en la playa de Leandro Erlich.
A nivel internacional, hubo numerosos festejos alrededor de aniversarios redondos, comenzando por los 500 años de la muerte de Leonardo da Vinci, polímata renacentista que nació en Italia y murió en Francia, y a quien el Louvre dedicó una de las exposiciones más relevantes de las cientos que programó Europa para homenajearlo.
En ese continente se celebró en 2019 el centenario de la creación de la Bauhaus en Alemania, los dos siglos de la apertura del Museo del Prado en España, el bicentenario del nacimiento de Gustave Courbet en Francia, el 450 aniversario del fallecimiento de Pieter Bruegel en Holanda y el centenario de la muerte del francés August Renoir.
Finalmente, el 50 aniversario de la llegada del hombre a la luna inspiró numerosas exposiciones de arte a lo largo y ancho del mundo.
(Télam)