El enfrentamiento entre los cines y las plataformas de streaming se viene dando hace mucho tiempo, mientras en el medio los usuarios vamos cambiando poco a poco nuestros modos de consumo.
Actualmente, la crisis provocada por el coronavirus consiguió que la situación se vuelque a favor de uno de los contendientes. La cuarentena obligatoria benefició a Netflix y demás plataformas similares, lo cual motivó a varios estudios a estrenar sus películas directamente en VOD (video a demanda).
El caso de Trolls 2: Gira mundial (obteniendo un éxito increíble sin pasar por un cine físico y provocando un boicot a Universal por parte de varias cadenas de cine) es el ejemplo más extremo. Aunque, parece que el cambio de paradigma se encuentra más cerca que nunca.
En las últimas noticias, nos enteramos que Netflix, el gigante del streaming, adquirió el histórico Teatro Egipcio de Hollywood para alojar sus proyecciones. Se trata de un edificio con un siglo de historia, y un bien muy preciado para la comunidad cinéfila de Los Ángeles.
Muchos ven este reciente movimiento como parte de la estrategia de Netflix para precipitar este cambio total en el modo de consumo del contenido audiovisual.
No es novedad que la plataforma streaming número uno pretende que sus películas empiecen a ser candidatas en las premiaciones, y obtengan relevancia más allá de la que tienen en el propio catálogo de la plataforma.
Todas estas situaciones fueron provocando conflictos y diferencias entre la compañía y las salas. Las discusiones terminaron empujando a Netflix a adquirir sus propios cines y alojar en ellos sus proyecciones del modo que mejor le parezca, sin tener en cuenta ventanas de exhibición ni cantidad de proyecciones.
Dentro de esta estrategia, se encuentra tanto la compra el año pasado del Teatro París de Nueva York como la más reciente, del Teatro Egipcio de Los Ángeles. Edificio que cuenta con cerca de 100 años de historia, representante de la época de esplendor de Hollywood.
Teatro Egipcio
El Teatro Egipcio fue inaugurado en 1922, y en su él tuvo lugar la que se considera la primera premiere de la historia del cine. “Robín de los bosques“, dirigida por Allan Dwan y protagonizada por Douglas Fairbanks, debutó en sus instalaciones dentro de un evento multitudinario al que asistieron numerosas celebridades, y a este estreno le siguieron los de “Los diez mandamientos” en 1923 y “La quimera del oro” en 1925.
Varias décadas después, luego de un terremoto, el Teatro Egipcio fue adquirido por United Artists y obtuvo el estatus de monumento histórico. En 1996 pasó a manos de la ONG American Cinemateque, que tras la compra de Netflix seguirá manteniendo parte de su control.
“El Teatro Egipcio representa una parte clave de la historia de Hollywood y ha sido atesorado por la comunidad de Los Ángeles durante casi un siglo”, dice Scott Stuber, ejecutivo de Netflix, en un comunicado.
La compañía no reveló cuánto le costó la adquisición, pero sí dió cuenta de sus intenciones: emplearlo para organizar estrenos, proyecciones especiales de cara a las competencias de premios e incluso emprender renovaciones.
No cabe duda de que supone un efectivo golpe en los planes de Netflix por controlar todas las ventanas de exhibición, y aumentar su independencia con respecto a los cines tradicionales.