Hace diez años el mundo de las letras y de la cultura era sacudido por una triste noticia. José de Sousa Saramago, el gran escritor portugués ganador del Premio Nobel de Literatura, se despedía del mundo terrenal dejando a su paso una decena de obras para recordar su legado.
José Saramago -como lo conoce la mayoría- nació en noviembre de 1922 en Portugal. Su primera novela, “Tierra de pecado”, que vio la luz en 1974 no tuvo demasiado éxito. “Alzado del suelo”, publicada en 1980, lo colocó en el centro del panorama literario por aquellos años. Pero fue gracias a “El Evangelio según Jescuristo”, obra que fue censurada en varios países del mundo, la que lo catapultó a la fama. A partir de ese momento, el escritor portugués encontró su propia voz lo que le posibilitó alcanzar fama y renombre internacional.
Su obra más conocida es, sin lugar a dudas, “Ensayo sobre la ceguera”; libro que ha destacado durante estos tiempos de pandemia y coronavirus. Pero también se destacan “El hombre duplicado” y “El viaje del elefante”, por mencionar tan sólo alguna de sus obras,
En 1998, el escritor recibiría el máximo galardón a la literatura, el Premio Nobel, por su capacidad para “volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía“, según palabras de la Academia.
Además, recibió una inmumerable cantidad de premios, reconocimientos y distinciones como el Premio Camões, el Premio Pen Club y fue la mención Caballero de la Orden de las Artes y las Letras (Francia).
Sus obras son mucho más que un divertido entretenimiento para alejarse de las tribulaciones de la vida diaria; sino que están imbuidas y atravesadas de profundas discusiones que ayudan a quien las lee a reflexionar sobre el mundo en el que vive.
La obra de Saramago continúa, hoy en día, más vigente que nunca y su legado ya le pertenece a la humanidad para toda la posteridad.