La acción coordinada inmediata y global para limitar el consumo y el desperdicio de plástico podría reducir la tasa de contaminación plástica en casi un 80 por ciento en las próximas dos décadas, según un nuevo informe de modelado. Sin embargo, incluso si se produjera este “mejor escenario”, los investigadores estiman que más de 960 millones de toneladas de plástico acabarán llegando al medio ambiente para 2040.
El estudio, publicado en Science, revela la urgente necesidad de estrategias integrales y coordinadas para una mejor gestión del ciclo del plástico a nivel global. La contaminación plástica es ubicua. En las últimas décadas, la rápida producción y un fuerte aumento de los productos plásticos de “un solo uso” y sus desechos añadidos han vuelto insuficientes los sistemas de gestión de desechos de todo el mundo en cuanto a capacidad para eliminar y reciclar estos desechos de manera segura. Por lo tanto, la contaminación plástica de todo tipo y tamaño se ha ido acumulando continuamente en entornos que abarcan desde las regiones más profundas del océano hasta las alturas de la troposfera, alcanzando también a los animales vivos que ocupan los espacios intermedios.
A pesar de la creciente conciencia sobre la magnitud y el alcance de nuestro problema global de desechos plásticos, todavía no existe una estrategia global basada en evidencias que incluya intervenciones prácticas y medibles destinadas a reducir este problema. Según Winnie Lau y sus colegas, el diseño de esta estrategia requiere una comprensión tanto del potencial de mitigación de las diferentes soluciones como de los esfuerzos globales colectivos.
Con el fin de evaluar el potencial de mitigación en diferentes escenarios de intervención, científicos de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Austria, Sudáfrica e Italia desarrollaron un modelo para evaluar el ciclo plástico global -desde la producción hasta los desechos- para cinco escenarios diferentes de intervención de contaminación implementados entre 2016 y 2040.
Los autores descubrieron que no existe una solución única que funcione como “remedio mágico”, como podría ser la ampliación y reciclaje de los residuos plásticos. En cambio, se necesita un cambio completo a nivel de sistema en la cadena global de suministro de plásticos que incluya una serie de intervenciones previas y posteriores al consumidor, para reducir de manera más apreciable el flujo de contaminación plástica hacia el medio ambiente.
Si bien los hallazgos sugieren que la implementación global de todas las intervenciones factibles podría reducir la contaminación plástica en los ecosistemas acuáticos y terrestres en un 78 por ciento para 2040 en relación con la “práctica habitual”, también muestran que el plástico continuará aumentando significativamente en el medio ambiente durante el futuro previsible. Según los autores, las empresas, los gobiernos y la comunidad internacional deben adquirir compromisos sustanciales para mejorar esta perspectiva.