Durante la cuarentena Pedro Almodóvar escribió dos cortometrajes: un western y una distopía

En la Mostra de Venecia, el director adelantó que uno de sus proyectos es sobre una realidad en la que los cines ya no existen en España.

Pedro Almodóvar ha utilizado la cuarentena impuesta por la pandemia de coronavirus para escribir y de aquellos días de encierro, ya tiene dos guiones para filmar. Dos cortometrajes, en detalle, que el cineasta anunció ayer en una conferencia de prensa en el marco de la Mostra de Venecia.

En el festival que el año pasado le otorgó un “León de Oro” honorífico, y en donde ahora presentó su cortometraje por fuera de competencia, titulado “La voz humana”, Almodóvar contó que en octubre comenzará la preproducción de una próxima película, que no especificó, aunque probablemente se trate de Madres paralelas.

Lo que vendría a continuación entonces sí sería el trabajo sobre sus dos nuevos proyectos: un western y una distopía. “Después de haber hecho ‘La voz humana’ he escrito otras dos piezas, una como de 45 minutos y otra de 15 ó 20, que me gustaría hacer y también con ese mismo sentido de libertad”, expresó el director.

Almodóvar afirmó que, por un lado, uno de los proyectos es “un western muy particular”, mientras que la segunda historia “sería una especie de distopía, que ocurre en una fiesta privada, en que los cines han desaparecido de Madrid por ejemplo o de España, que van camino de que desaparezcan”.

En este sentido, el cineasta español habló sobre lo que significa ir a una sala a ver una película: “Ir al cine es empezar una aventura. Tienes que vestirte, salir, conocer gente y finalmente entrar en un lugar donde compartir emociones con extraños. A nivel humano es una experiencia fundamental”.

El realizador explicó, además, que en cualquiera de los dos proyectos, se trata de dos producciones que tendrán un “aire teatral” y que  “no están basadas en nada”.

Almodóvar también se refirió, con preocupación, al aislamiento obligado por la pandemia: “El confinamiento nos ha hecho ver la casa como un lugar de reclusión, un lugar desde donde podemos trabajar, podemos comprar, podemos encontrar el amor de nuestra vida, podemos pedir comida, lo podemos hacer absolutamente todo de un modo sedentario”.