El filósofo español Pau Luque ganó el Premio Anagrama de Ensayo al unir arte y moral en una obra

La obra “Las cosas como son y otras fantasías” relaciona el juicio ético con la creación artística, a través de un itinerario literario personal.

El filósofo barcelonés Pau Luque ganó ayer el 48 Premio Anagrama de Ensayo con “Las cosas como son y otras fantasías”, una obra que trata sobre las relaciones entre arte y moral a través de un personal itinerario literario, así como el rol de los escritores y artistas en los medios de comunicación, los clichés misóginos y las trampas del poder.

Bajo el subtítulo “Moral, imaginación y arte narrativo”, el texto relaciona el juicio ético con la creación artística, en lo que el autor considera un “falso dilema” entre suspender totalmente las observaciones morales ante una obra de arte o aplicarle los mecanismos del código penal: culpable o inocente.

Luque recorre las canciones de Nick Cave, la novela Lolita de Vladimir Nabokov o El mar, el mar de Iris Murdoch, para reivindicar “la imaginación literaria” como solución a la falsa encrucijada que plantea juzgar moralmente un libro, una pintura o una música.

El ensayista evoca además escenas clave de Irreversible de Gaspar Noé y La pianista de Michael Haneke, y defiende que sí tiene sentido hablar de arte moralmente indecente, distinguiendo así entre personajes abyectos y narración abyecta.

El jurado, formado por Jordi Gracia, Chus Martínez, Joan Riambau, Daniel Rico y la editora Silvia Sesé, calificó al ensayo de “inteligente y entretenido alegato en favor de la imaginación y un elogio de la incertidumbre y la imperfección”.

“Sabe más quien vive atormentado por la duda que quien vive satisfecho en la certeza”, escribe Luque en este texto que, como apunta el jurado, “en tiempos de incertidumbre obliga a hacerse preguntas”, según informa EFE.

Para Sesé, se trata de un libro que “combina distintos textos de la cultura y de la alta cultura” y que reflexiona sobre “el poder de la imaginación como fuerza moral para conocer la realidad”.

En su reflexión sobre la creación artística y su capacidad para ensanchar nuestro entendimiento de la maldad y, en consecuencia, de la bondad, Luque, investigador en Filosofía del Derecho en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), convoca a Nick Cave, Nabokov, Iris Murdoch, Fellini, Shakespeare o Cervantes, porque en plena tempestad “no nos salvan quienes tienen ideales, sino quienes tienen imaginación”.

“¿Hay arte moralmente condenable o es el arte inmune al juicio moral?”, se cuestiona Luque, para quien no sirven las respuestas que se ofrecen habitualmente en la esfera pública, reducidas a una suspensión total del juicio moral acerca de la obra de arte o bien a una mimetización del veredicto del derecho penal (culpable o inocente).

En este ensayo, Luque (Barcelona, 1982) sostiene que ese es un falso dilema, porque “el juicio moral es más complejo y desordenado de lo que esas dos posiciones dan a entender”.

El ensayo explora también otras cuestiones relacionadas con la imaginación, como “cuál es el lugar que deberían ocupar los literatos y artistas en los periódicos y magazines, un papel menguante que constata que escritores y artistas están dejando el centro de la polis”.

Otra cuestión que trata el autor en “Las cosas como son y otras fantasías” es que “cultivar la imaginación literaria es una manera de impugnar un cliché misógino, según el cual “a las novelistas se les supone una mayor sensibilidad introspectiva y un desinterés por la literatura más imaginativa, un tópico que me parece injustificado”.

Al Premio Anagrama de Ensayo se presentaron un total de 166 originales procedentes de dieciséis países, ocho de los cuales llegaron como finalistas a las últimas deliberaciones.

(Télam)