Actividad física: más de la mitad de los argentinos no hace nada

En el Día Mundial de la Actividad Física, qué estrategias tomar para hacer ejercicio y acceder a los beneficios para la salud que brinda estar activo.

Correr, caminar, jugar al fútbol, bailar, andar en bicicleta. Ninguna de estas actividades parece estar en la agenda de más de la mitad de los argentinos que, por lo tanto, tampoco acceden a los beneficios para la salud que implica el ejercicio físico.

Según datos de la tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, el porcentaje de personas que “no se mueve” lo suficiente asciende a 54,9 por ciento e impacta directamente en la salud de la población. Esta prevalencia, además, aumenta hasta el 67 por ciento en mujeres y mayores de 65 años, indicó la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).

La falta de tiempo es la principal barrera referida para la realización de actividad física; esto es importante ya que en nuestro país 6 de cada 10 adultos tiene exceso de peso y 2 de cada 10, obesidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la actividad física como “todos los movimientos que forman parte de la vida diaria, incluyendo el trabajo, la recreación, el ejercicio y las actividades deportivas”. Se debe entender este término de manera amplia ya que se refiere no sólo a la práctica de deportes sino también a otras actividades de intensidad variable como bailar, cargar las bolsas del supermercado y caminar. Según la OMS, la “inactividad física” ocupa el cuarto lugar entre los principales factores de riesgo de mortalidad a nivel mundial, está involucrada en el 6-9 por ciento de la carga mundial de muerte prematura (alrededor de 1,9 millones de personas).

Pero llevar una vida activa no solo se relaciona con una mejora en la percepción del bienestar, sino que además disminuye, por ejemplo, la incidencia del sobrepeso, la diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer (mama y colon).

Superar los mitos para empezar a hacer actividad física

“La actividad física requiere mucho tiempo y yo estoy muy ocupado”: Bastan 30 minutos de actividad física de intensidad moderada al menos 5 días por semana para mejorar y mantener la salud. Esto no significa que deba realizarse siempre durante 30 minutos seguidos ya que puede irse acumulando a lo largo del día, por ejemplo: diez minutos de caminata a paso rápido tres veces al día o 20 minutos por la mañana y diez más por la tarde. Estas actividades pueden incorporarse a la rutina diaria laboral, escolar, doméstica o lúdica. Actividades simples como subir escaleras, ir al trabajo en bicicleta o bajarse del colectivo algunas paradas antes para completar el recorrido caminando, van acumulando actividad física a lo largo del día.

“No tengo plata para empezar ahora”: La actividad física se puede realizar prácticamente en cualquier lugar y no requiere equipamiento necesario. Caminar, la actividad física más practicada y recomendada, es totalmente gratuita. No es imprescindible acudir a un gimnasio, pileta u otra instalación deportiva especial para mantenerse físicamente activo.

“La actividad física es para los jóvenes. A mi edad no tengo que preocuparme por eso”: Se demostró que la actividad física regular mejora el estado funcional y la calidad de vida de los adultos mayores, para quienes las recomendaciones de la OMS son similares. Su práctica habitual es beneficiosa para muchas enfermedades no transmisibles frecuentes en mayores de 65 años, como la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, artrosis y osteoporosis, así como para mejorar la fuerza y prevenir caídas. Además, se ha demostrado que mejora la salud mental y la función cognitiva.

“Los niños habitualmente están muy activos. No es necesario enseñarles a hacer actividad física”: Los niños en edad escolar deben acumular al menos 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa para garantizar su desarrollo saludable. Se calcula que más de dos tercios de los jóvenes no realizan actividad física suficiente para el bienestar actual y futuro debido al aumento del sedentarismo en todo el mundo. Hay que recordar que los modos de vida saludables adquiridos durante la infancia y la adolescencia tienen más probabilidades de mantenerse a lo largo de toda la vida.