El sueño de formar una familia atraviesa a parejas, hombres y mujeres de todas las edades y extracciones sociales. A veces, cuando por alguna razón biológica o social eso no llega, adoptar se transforma en la única opción disponible, en un proceso en el que se juegan las emociones, dudas y deseos que, en ocasiones, pueden chocar con las opciones de la realidad.
En Argentina, la adopción está asociada a esperas interminables y a un recorrido extenuante por distintas dependencias públicas para completar los trámites necesarios. En este sentido, el Gobierno de la Ciudad anunció recientemente la incorporación de una sistema de preinscripción digital, con el objetivo de “agilizar los procedimientos, humanizarlos, hacerlos más amigables”. “Lo lanzamos hace poco con el Poder Judicial, con el que estuvimos haciendo una mesa de trabajo con la Cámara Civil trabajando codo a codo”. Quien lo dice es María Victoria Ordoñez , directora General de Gestión de Políticas y Programas del Consejo de los derechos de los Niños, Niñas y adolescentes.
“Estudié Derecho pensando en trabajar cuestiones de niñez y familia, y también en situaciones de vulnerabilidad. Son los temas que a mí me interpelaron desde siempre y lo que me atrajo mucho de este trabajo es la posibilidad de impactar de otra manera en la sociedad, desde un espectro más grande que desde el que se puede tener desde la Justicia. Me parece una propuesta interesante para transitar”, explica la funcionaria en su despacho. Abogada especialista en Derecho de Familia, Ordoñez también se desempeñó en el Poder Judicial, siempre vinculada a temáticas de familia.
Según datos oficiales, en el ámbito porteño existen 1100 inscripciones de personas solas o parejas con intención de adoptar y solo cuatro de cada diez postulaciones indican disponibilidad para recibir dos o más hermanos. El Registro de Aspirantes a Guardas Adoptivas (RUAGA) contiene, además, un 82,3 por ciento de legajos admitidos con disponibilidad para adoptar niños de hasta un año de edad. Sin embargo, en la Ciudad, solo el uno por ciento de los casos corresponden a bebés de esta edad, de un total de 170 menores en estado de adoptabilidad.
Ante este escenario, Ordoñez y el gobierno porteño apuestan a lograr un “cambio cultural” para ampliar las preferencias de los postulantes. A la vez, destacan la incorporación de un sistema digital que da mayor posibilidad de cruces de datos con otros organismo y en menor tiempo, uno de los factores que vitales para numerosos postulantes.
¿El tiempo para adoptar es lo que más preocupa a las familias?
Sí, y hay que pensar por un lado en los niños, niñas y adolescentes, que buscan tener una familia, entonces el tiempo es importante. Además las parejas que buscan tener un hijo o una hija también han pasado y han transcurrido su proceso entonces se juegan muchísimas ansiedades, deseos, y eso hay que compatibilizarlo con los tiempos reales que todo procedimiento implica.
¿Hay un tiempo mínimo que una familia tenga que esperar para adoptar?
Mucho depende de la disponibilidad adoptativa y del juzgado, que cuando hay un niño o una niña en situación de adoptabilidad, es quien solicita a nosotros los legajos y luego termina eligiendo un postulante o una pareja. El procedimiento administrativo de la inscripción lo hemos acotado a tres meses y luego de ahí ya ingresa a nuestra base, que además hemos firmado un convenio nacional, que significa que todos los postulantes a adopción que estén en nuestro registro van a estar también en la nacional. Esto implica que si desde alguna otra provincia hay un niño en situación de adoptabilidad y en su jurisdicción no tiene un adoptante, podrá acceder este adoptante de nuestra jurisdicción.
¿Qué es la disponibilidad adoptiva?
Se trata de llenar una inscripción acerca de si estás dispuesto a adoptar un niño o una niña, hasta qué edad, si es sano, con alguna discapacidad. Por supuesto que si se busca adoptar un bebé va a ser más complicado. Tenemos también que ir generando de a poco un cambio cultural, que implica conocer los niños y niñas y adolescentes reales que se encuentran en situación de adoptabilidad. Entonces es por eso que hemos incluido dentro del proceso de adopción, como primer paso, unos encuentros informativos, que son tres obligatorios, donde informamos a la gente sobre la realidad de la adopción en sus aspectos sociales, administrativos y jurídicos. Entonces todos aquellos que quieren adoptar llegan al momento de la inscripción de otra manera, conociendo, informados, sabiendo cómo va a ser el procedimiento y el trámite y la realidad de la adopción. Entonces la decisión que van a tomar va a ser una decisión mucho más consciente y sabiendo lo que ello implica. Por eso si la disponibilidad es más acotada puede que tarde un poco más, porque hay menos niños o es más la cantidad de demanda de aquellas personas que solicitan adoptar un bebé.
¿Es estresante adoptar?
Por un lado con esto de humanizar los trámites buscamos acercarnos a la gente. En los encuentros informativos, ya desde el primer momento los estamos acompañando. En esos mismos encuentros pueden realizar todas las preguntas que quieran. Entonces eso genera otra relación y genera que ese legajo, ese número frio de papel de repente tenga una cara. Entonces de esa manera se puede trabajar de otra manera con la gente. A su vez también tenemos un equipo especializado que acompañan a las familias en el proceso de vinculación cuando comienzan a transitar este camino de familia codo a codo, que los acompañan a empezar a caminar de poco y a ir construyendo el vínculo.
¿En esos primeros encuentros ustedes tienen que asegurarse que los postulantes estén bien decididos?
En estos encuentros informativos les damos un certificado, que tiene un plazo de duración de dos años, porque consideramos que puede pasar que luego de concurrir y transitar estos encuentros haya personas que necesitan seguir pensando y repensando ciertas cuestiones, y haciendo ciertos duelos por el hijo biológico no tenido o por cualquier otra cuestión. Entonces durante estos dos años pueden inscribirse, en el momento en que se sientan preparados. Pero la idea es que a la inscripción lleguen de manera segura, consciente e informada. Además transitan una evaluación porque desde el Estado tenemos que restituir el derecho de los niños a tener nuevamente una familia y estos postulantes a adopción tienen que estar preparados para hacer ese camino. En el momento que llegan a la vinculación por supuesto que ya están preparados para andar ese camino.
¿Qué es la guarda con fines adoptivos?
Luego de transitado un tiempo de vinculación, el juez otorga la guarda. Es el momento donde ese niño, niña o adolescente o grupo de hermanos comienza a convivir con las familias. Es el punto anterior a la adopción.
Se llega a esa instancia con bastante certeza acerca de que luego todo culminará en la adopción definitiva.
Se supone que cuando llegan a la guarda y se van a convivir es porque ya están para adoptar. Además porque la vinculación comienza con esos fines. No es que se comienza a vincular a este niño con esta pareja con fines de vincularse nada más, sino para formar una familia, para adoptarse mutuamente, que de eso se trata. Es un camino de amor que comienza. Es como el parto: un día conocés a tu hijo y un dia te convertiste en padre o madre y un dia en hijo. Es una relación que se constituye mutuamente.
En el caso de los adolescentes, ¿ellos pueden opinar?
Sí, ya desde hace mucho tiempo, y desde el cambio de paradigma de la protección integral de los derechos de niños, niñas o adolescentes, se lo concibe como un sujeto de derecho que tiene opinión sobre su persona, que también debe ser tenida en cuenta. Por supuesto que el juez debe preguntarle si quiere ser adoptado.
¿Hay algun limite de edad para las personas que quieran adoptar?
No, no hay.
¿Cuáles son los caminos para el cambio cultural que se quiere lograr?
Me parece muy importante la información, el poder generar canales de visibilidad, como las charlas, como articular con otros sectores, para justamente ampliar la disponibilidad adoptiva. Buscamos generar un cambio en que aquellas personas que quieran ser adoptantes se piensen con una familia ya no con un bebé sino con un niño o niña que puedan ser más grandes. Este es un cambio que queremos ir gestando porque son varios los niños que están en situación de adoptabilidad y que buscan querer tener una familia. Lo que nosotros queremos generar son encuentros de amor de gente que quiera formar una familia.
¿Al Poder Judicial también llegó esta humanización que usted mencionó al comienzo?
En general sí, en los juzgados de familia existen profesionales muy capacitados y el foco está puesto en que hay un principio fundamental de orden constitucional e internacional que es el principio de integración del niño, que es el norte de todo funcionario público que se dedica a esto.
¿Luego de adopción en qué momento se deja que la familia siga su camino sola?
Luego de la sentencia de adopción ya la familia se constituye y puede andar de manera independiente y el acompañamiento de la vinculación finaliza. Sin embargo, en el Consejo fuimos gestando un nuevo equipo que la idea es que sea un referente al cual recurrir luego de la adopción en cualquier momento. O sea, que esa familia si tiene alguna dificultad, alguna inquietud o lo que fuera, que sepa que desde el Estado seguimos acompañándolos.
¿Cuáles son los desafíos por delante?
Por un lado gestar un cambio en la sociedad para que se piense en ampliar la disponibilidad adoptiva, para que de esta manera haya más personas que de manera más rápida puedan formar una familia, ser padres, madres, y para que más cantidad de niños puedan vivir en un ámbito familiar. También, ese procedimiento acompañarlo en positivo, de la forma más amigable posible, en un tema tan sensible como este y que se puedan constituir vínculos saludables.