La sequía generó una retracción de la actividad agropecuaria de 35,2 por ciento en mayo, según el último Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El sector agropecuario arrastró el índice general hacia abajo, que, en el quinto mes del año, registró un derrumbe de 5,8 por ciento, interanual. Al cabo de los primeros cinco meses del año, el nivel de actividad creció apenas 0,6 por ciento, en comparación con igual período de 2017.
El Ministerio de la Producción anticipó ayer que el segundo trimestre del año será recesivo y habrá una caída del consumo de bienes durables y masivos, que se verá afectado por la devaluación que se produjo entre mayo y junio.
“Al igual que en abril, el retroceso observado respondió, en buena medida, a un shock exógeno: el impacto de la sequía en la producción agropecuaria. Sin embargo, la fuerte contracción de mayo también obedeció a la merma de sectores claves“, advirtió Ecolatina.
En este sentido, la consultora precisó que la producción industrial cayó 1,3 por ciento, “tras 12 meses consecutivos de expansión”; el sector Transporte y Comunicaciones se contrajo 4,9 por ciento y el suministro de electricidad, gas y agua bajó cayó 1,4 por ciento.
“Excluyendo al sector agropecuario, el EMAE hubiese crecido sólo 0,6 por ciento interanual“, aclaró el análisis de Ecolatina. “El EMAE de mayo de 2018 muestra que el enfriamiento del nivel de actividad ya comenzó a extenderse a lo largo de la economía local”, advirtió.
No obstante, el sector de la construcción y la producción minera tuvieron una “moderada expansión” en mayo, de 4,4 y 2,6 por ciento, respectivamente.
“Ramas de servicios, como intermediación financiera y actividades de alquiler y empresariales, crecieron 10,9 y 4 por ciento y continuaron mostrando un elevado dinamismo”, precisó la consultora.
Ecolatina proyecta una caída del PBI del 3 por ciento al cabo del segundo trimestre de 2018 y una posible recuperación a partir de fin de año.
“Para el segundo trimestre de 2018, estimamos una brusca caída del PBI, tanto en términos interanuales, del 3 por ciento, como desestacionalizados, que rozaría el 4 por ciento. Recién a fin de año, si el proceso de relajación de tasas se acelera y el resultado electoral en Brasil facilita la recuperación de su economía, el PBI podría estabilizarse”, proyecta.
“Producto de la sequía y el deterioro de la demanda interna, por el impacto de la corrida cambiaria sobre la inflación y las tasas de interés, el PBI no crecerá en 2018, ubicándose por debajo del rango de expansión mencionado en la Carta de Intención con el FMI, de 0,4 a 1,4 por ciento”, sintetizó Ecolatina.