Bajo el ala de Amazon, Phoebe Waller-Bridge desarrolló la serie que le concedió la fama: Fleabag, a partir de 2016. Tres años más tarde, renovó su contrato con la compañía, en paralelo a convertirse en una de las actrices y guionistas más prestigiosas de la actualidad. Coescribió el libreto de Sin tiempo para morir mientras se involucraba en una serie sobre Sr. y Sra. Smith con Donald Glover que lamentablemente quedó en la nada, y también accedió a involucrarse en sagas tan grandes como Star Wars e Indiana Jones. La artista fue el androide L3-37 en Han Solo: Una historia de Star Wars, y será la ahijada de Harrison Ford en la próxima Indiana Jones y el llamado del destino, a estrenarse el próximo mes de junio. Y ahora, según The Hollywood Reporter, además volvió a renovar su contrato con Amazon.
En este contrato se divisan dos grandes proyectos. Uno es la adaptación como serie de la novela de Claudia Lux Sign Here, centrada en un tipo que trabaja en el departamento de ofertas de una versión corporativizada del Infierno. Y el otro es una serie inspirada en la popular saga de videojuegos Tomb Raider, de la que aparentemente Waller-Bridge siempre ha sido una fan entusiasta. La serie de Tomb Raider integra, por su parte, una ambiciosa jugada de Amazon que contempla poner en pie un universo transmedia a partir del personaje de Lara Croft, para lo cual cuenta con Waller-Bridge y (más decisivo aún) su alianza con la productora dj2 Entertainment, especializada en las adaptaciones de videojuegos.
Esta empresa liderada por Dmitri Johnson es la responsable de las dos películas de Sonic producidas por Paramount, y su acuerdo con Amazon contemplaba hasta ahora la realización de adaptaciones a partir de Disco Elysium y Life is Strange. Los derechos de Tomb Raider fueron adquiridos luego de que expiraran en el seno de MGM: este estudio, antes de declararse en bancarrota y ser absorbido por Amazon, quería producir una secuela de la película de Tomb Raider que protagonizara Alicia Vikander en 2018. El rodaje fue postergándose hasta que MGM perdió los derechos y estos fueron a parar a una Amazon deseosa de poner en pie un gran universo audiovisual estilo Marvel.
La jugada, de hecho, se describió como la más ambiciosa de Amazon desde que se dejara 250 millones de dólares solo en la adquisición de los derechos de las obras de J.R.R. Tolkien, que le permitieron producir la no menos costosa El señor de los anillos: Los anillos de poder. En lo que respecta a Tomb Raider, el plan va más allá de la serie que desarrollaría Phoebe Waller-Bridge: la idea es que dj2 Entertainment también ponga a punto junto a Amazon Games (publisher de videojuegos de reciente creación) una película y al menos otro videojuego. Waller-Bridge no formaría parte de estos dos últimos proyectos.
La saga de Tomb Raider inició sus andanzas en 1994 para PlayStation, presentando las aventuras de una arqueóloga tipo Indiana Jones. Contó con numerosos videojuegos desde entonces, destacando el reboot de 2013 que adaptaba la versión de Vikander, y antes de eso ya fue llevada al cine con la complicidad de Angelina Jolie en dos películas previas.