Familiares de los tripulantes del submarino ARA San Juan consideraron que se debió haber aceptado antes la ayuda internacional y haber encarado el operativo de búsqueda primero por debajo del agua y, después, en la superficie.
Desde la Armada Argentina indicaron que se cumplió con el procedimiento y los plazos previstos en el protocolo de búsqueda y que la ayuda internacional se aceptó “de inmediato”.
“Esperamos un milagro, que nuestro hermano aparezca junto con todos sus compañeros de la tripulación. Pero también siento que estoy esperando un velorio y no quiero. Yo necesito abrazar a mi hermano”, manifestó Elena Alfaro, una de las hermanas de Cristian David Ibañez, uno de los tripulantes del ARA San Juan.
Ella y Federico, el otro hermano, llegaron hoy a Mar del Plata, desde Rosario.
Según los hermanos, las 48 horas de espera hasta el inicio de la búsqueda y el rastreo en la superficie marina durante las primeras horas demoraron el hallazgo del submarino.
“Desde que nos dijeron que había desaparecido afirmaron que, por protocolo, el submarino debía estar en superficie, pero es sólo una suposición. Si están buscando un submarino y no un barco, ¿por qué no lo buscaron desde un primer momento bajo el agua?”, cuestionó Federico.
“Tengo mucho dolor por las decisiones que se tomaron. Tanto protocolo y, ahora, ¿quién nos lo devuelve?”, se lamentó Elena. “Si hubiesen aceptado la ayuda apenas se supo la comunicación, ya los habrían encontrado. Perdieron el tiempo por seguir el protocolo. Desde un principio tendrían que haber acepado la ayuda que no hay acá”, opinó Federico Ibañez.
“Los hubiesen buscado primero por abajo y después por arriba, ese es mi punto de vista”, agregó.
“Yo también creo, pero estaría más tranquilo si se hubiera hecho todo lo que creo que debía hacerse. Que los busquen ahora, sabiendo que no queda tiempo, me da bronca“, abundó.
Gabriel Galeazzi, capitán de navío de la Armada en Mar del Plata, aseguró que la ayuda internacional “fue aceptada de inmediato y todos los buques de investigación científica zarparon hacia la zona”.
“El área de rastreo es del tamaño de la provincia de Buenos Aires, mientras que el sensor de barrido tiene cerca de un kilómetro de alcance y el buque se mueve a 20 kilómetros por hora. No es algo rápido de cubrir“, explicó.
“Se buscó en superficie con las unidades aéreas, con los barcos de guerra y los buques científicos. No cesaremos hasta encontrarlo”, aseguró Galezzi.
(Con información de Télam)