Lionel Messi se puso al hombro al seleccionado argentino en uno de los momentos más críticos de su historia, en el partido decisivo de una Eliminatoria sudamericana que se hizo cuesta arriba, y con un triplete por demás oportuno encaminó el duelo ante Ecuador en la altura de Quito, que terminó con victoria por 3-1, y clasificó al equipo albiceleste a Rusia 2018.
Dos técnicos, Gerardo Martino y Edgardo Bauza, devorados en el camino hacia el Mundial, la asunción de Jorge Sampaoli para las últimas cuatro fechas, una AFA convulsionada desde lo dirigencial y resultados sorpresivamente adversos, sobre todo como local, enmarcaron el dubitativo andar de un conjunto argentino que recién fue salvado en la última fecha por su capitán, justo el día 10 del mes 10.
Es que el crack rosarino encaminó un partido que comenzó adverso por un tempranero gol de Romario Ibarra, con dos tantos de gran factura en el primer tiempo, y con una nueva conquista en el complemento, otra vez con una definición exquisita.
Así, el conjunto de Sampaoli, que comenzó la decimoctava fecha de las Eliminatorias fuera de la zona de Repechaje, pudo culminar en la tercera ubicación de la tabla, aprovechando la derrota por 3-0 de Chile como visitante ante Brasil, y el empate 1-1 que cosecharon en Lima los seleccionados de Perú, que jugará el repechaje ante Nueva Zelanda, y Colombia, que clasificó al Mundial junto a la “verdeamarelha”, Uruguay y Argentina.
Un témpano cayó sobre el equipo argentino cuando apenas habían transcurrido 40 segundos. Javier Mascherano despejó defectuosamente un envío profundo desde el fondo ecuatoriano, Romario Ibarra combinó con Roberto Ordóñez, y puso prematuramente en ventaja al elenco local con un remate cruzado.
Los primeros diez minutos fueron un suplicio para un equipo de Jorge Sampaoli impreciso, desbordado por ambos costados y que no sufrió una nueva caída de su valla porque Ecuador no supo capitalizar su momento.
Recién a los 9, Angel Di María comenzó a darle oxígeno, un bien preciado en la altura de Quito, a la formación argentina, otorgándole movimiento constante y generando la primera acción de riesgo con un remate lejano que dio en el techo del arco, previo rebote en un defensor rival.
Dos minutos después, el alivio comenzó a impregnarse en los rostros argentinos en el estadio Atahualpa. Messi recibió en soledad en zona de riesgo, cedió a la izquierda para Di María y fue a buscar la devolución al medio de “Fideo”, esa que tanto necesitó en partidos anteriores, para estampar el empate con el revés de su botín zurdo.
El panorama comenzó a modificarse con el acomodamiento del equipo argentino, sobre todo de su mediocampo, con un excelente trabajo de Enzo Pérez en la distribución, la movilidad de Di María y el peligro de cada intervención de Messi, quien avisó a los 15 con un zurdazo que tapó Máximo Banguera y volvió a concretar cuatro minutos después.
A los 19, el capitán argentino capitalizó un grosero error defensivo de Darío Aimar en la salida, ingresó al área con balón dominado y clavó la pelota en el ángulo superior derecho de un Banguera que no tuvo chances de reaccionar.
El equipo albiceleste intentó mantener lejos de Romero a un Ecuador que apostó a un juego vertical ante la imposibilidad de construir jugadas colectivas que lo acercasen al arco visitante, y en líneas generales lo consiguió.
Incluso pudo irse al descanso con un gol más de ventaja, pero Di María, después de un pase magistral en cortada de Messi, definió incómodo de derecha ante un Banguera que le achicó los espacios.
Quizás por el desgaste físico, en el complemento la intensidad del partido fue menor que en el primer capítulo y Argentina no pasó sobresaltos hasta los 12, cuando Gabriel Mercado perdió la pelota peligrosamente, Romario Ibarra, el mejor exponente del equipo local, desbordó por izquierda y Nicolás Otamendi despejó providencialmente ante el ingreso por detrás de Ordoñez.
Cinco minutos después, otra vez apareció la magia de Messi para encarar ante tres defensores abriéndose hacia la izquierda desde el centro del ataque, quizás su sector preferido, y marcando el tercer gol argentino y de su cuenta personal con un zurdazo que se le metió por encima a Ordoñez.
Entre el último grito de Messi y el final, se interpuso una cesión del “10” para Darío Benedetto que quedó corta, y una situación que el ingresado Mauro Icardi no pudo capitalizar por una excelente intervención de Ordoñez, tras una gran pase de Enzo Pérez, uno de los jugadores más destacados de Argentina detrás de Messi.
El conjunto argentino cerró así con éxito una Eliminatoria dificilísima, y el Rusia 2018 no se privará, finalmente, de contar con el último subcampeón del mundo ni con su capitán, Messi, una de las máximas figuras del fútbol Mundial.
(DyN)