El gobierno nacional adelantó para el 1º de octubre la desregulación el mercado petrolero, que estaba acordada a partir de enero de 2018.
La regulación dispuesta desde 2014 hizo que coexistieran la cotización del denominado “barril criollo” y otra internacional. Este año, la primera se estableció en 55 dólares y la segunda cerró ayer en 52,22 dólares, en el caso del WTI, y en 58,42, en el caso del Brent.
“Fue una restricción que perjudicó al mercado. Se desalentó la inversión”, sostuvo Emilio Apud, director en representación del Estado de YPF.
“En 2014 se dio vuelta la taba y no estuvo mal tratar de que en ese momento no se fundieran la petroleras, no para favorecer a las empresas, sino para evitar el problema de muchas provincias que viven de las regalías y a los empleados. El precio no lo pagó el Estado, sino los consumidores”, explicó el ex secretario de Energía en declaraciones radiales.
“El precio de la nafta va a fluctuar como el resto de los precios”, sintetizó. No obstante, Apud descartó que la liberación del mercado petrolero genere una suba de precios en el combustible local.
“El precio local no creo que varíe mucho. Me parece que las empresas están afinando el lápiz, ya que el share se reparte entre cuatro (YPF, Petrobras, ESSO y Shell), y no creo que traten de sacar una ventaja transitoria subiendo precios por encima de lo adecuado”, consideró el integrante del directorio de YPF.
“YPF es una empresa privada que cotiza en la bolsa de Nueva York y de Buenos Aires, es decir que no puede hacer lo que quiere”, aseguró el especialista, en referencia a la posibilidad de que la petrolera nacional fije precios en el mercado local.
“El precio del combustible puede subir o bajar y se va a ir afianzando en la medida en que haya libertad y competencia. Tenemos que empezar a ser competitivos para sacar el recurso y venderlo afuera. No creo que haya petroleras que se aprovechen de este momento”, concluyó Apud.
El directivo de YPF explicó que las “variables” que afectan el precio local del combustible son el tipo de cambio, el valor de los biocombustibles, la presión impositiva y la fluctuación de la cotización internacional del petróleo. “Nadie piensa que va a superar los 60 dólares el año que viene. Lo único que puede hacer subir el combustible local es la inflación y el gobierno dice que no va a superar el 14 por ciento”, sostuvo Apud.
El Ministerio de Energía y Minería había establecido una salida paulatina de la regulación de precios del mercado petrolero, preveía una actualización trimestral en los surtidores. El próximo aumento previsto era del 6 por ciento a partir de octubre.
La cartera que conduce Juan José Aranguren comunicó ayer a las empresas petroleras la “suspensión” del acuerdo interno y la liberación del mercado partir del 1 de octubre próximo.
El esquema vigente establece que si la cotización del crudo Brent supera los 55 dólares durante más de diez días seguidos, se suspende el acuerdo y se libera el mercado petrolero.