En la década del 70, la Ciudad dejó para siempre la incineración de la basura urbana. De las cenizas y el humo en el aire porteño se pasó a la recolección de los desechos y, desde 2005, cuando se promulgó la ley de Basura Cero, hay intentos con algunos tímidos avances en el reciclaje y compostaje de lo que cada habitante de la ciudad tira.
A pesar de que la quema de basura podía considerarse una acción del pasado, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ahora busca volver sobre ella. Este viernes la Comisión Técnica de la ley 1854, o sea, de la ley de Basura Cero, se reunirá para “evaluar tecnologías de tratamiento de residuos, incluyendo específicamente la biomasa y la termovalorización energética de residuos”.
En el caso de la biomasa, esta apunta a la utilización de la materia orgánica como fuente de energía. Cómo se puede transformar la materia en una fuente de energía? A través de cuatro procesos distintos, dos de los cuales son la combustión y la pirólisis.
La termovalorización energética, en tanto, consiste en la combustión de los residuos para producir vapor y energía eléctrica. Esta forma de tratamiento de la basura genera cenizas y otros desechos.
Si bien el gobierno porteño ahora pone sobre la mesa de utilización de tecnología para incinerar basura, lo cierto es que esta práctica está prohibida por la ley de Basura Cero, debido a los gases contaminantes que produce y a las cenizas que genera.
La combustión de residuos urbanos, además, llevaría a un conflicto con las cooperativas de cartoneros, encargadas de la recolección de los residuos para su posterior reciclado.
Actualmente, la Ciudad produce seis mil toneladas de residuos por día, de los cuales cuatro mil toneladas corresponden a restos húmedos, en tanto que dos mil toneladas son de residuos áridos o restos de obra. Aproximadamente tres mil toneladas son, finalmente, llevadas a tierras de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado, más conocida como CEAMSE.