“La Biblioteca Popular Ambulante es un desastre sobre ruedas. En realidad es biblioteca porque son libros que están hechos con materiales populares, muy evidentes, con el papel más normal posible, encuadernados con tornillos. La idea es que no haya ninguna técnica en particular” dice el artista, en lo que es una obra que no cuenta con los materiales, ni los propósitos tradicionales.
Colom reconstruye estos libros, que de itinerante tiene sus componentes, más que su recorrido físico, y agrega como dato (no menor), una suerte de reflexión sobre la democratización de producción y creación de estos objetos: “cualquiera pueda hacer esto sin tener idea de lo que está haciendo, no hace falta ser un encuadernador, un poeta, no hace falta tener conocimientos de ningún tipo. El contenido es basura en un sentido literal, cosas encontradas en la calle y otros tipos de basura que como publicidad, volantes, desde prostitución, política (que para mi es lo mismo), dinero instantáneo, billetes de lotería, cualquier tipo de papelería pública que encuentras en la calle”.
Según Colom, el objetivo de las obras es, al momento, simplemente ser llevadas a cabo, sin embargo, pueden pensarse como una metáfora de la basura con la que a veces se denomina a determinado tipo de arte, o incluso, a la descomposición o no de determinados objetos en el tiempo.
“La idea es que estos libros que se van haciendo poco a poco, conformen una biblioteca del momento presente, no tengo idea qué pasará con esos libros dentro de 20 años (me interesa muy poco), excepto en el sentido en el que puedan echar alguna luz sobre este momento. Esto es muy ‘bejaminiano’, esta imagen que ilumina el pasado. Tengo esa esperanza.”
Según el análisis que realizó Ramiro Cabana para Revista Ramona: “La Biblioteca Popular Ambulante es un gran proyecto de poesía conceptual. Esta idea de lo conceptual, aunque vaya precedida por poesía, entronca el proyecto con el arte contemporáneo, que aunque va saliendo del conceptualismo poco a poco, no tiene por ahora más opción que seguir dependiendo del concepto. En otras palabras, del lenguaje”.
Esta es la idea que Cabana utiliza para continuar argumentando que “el arte que se proyecta en objetos se construye a partir del lenguaje” y es en este caso que los objetos con que Colom construye la poesía que habita el libro a partir de los objetos, son, además, producidos por todos nosotros, y simultáneamente son basura, entonces “es posible que sea la basura lo que más producimos como economía, como sociedad, como cultura. La nuestra es una cultura residuocéntrica, y eso quedará reflejado en el arte y en la poesía de alguna manera”.
Y resume: “la manera del poeta Roger Colom ha sido construir una institución (Biblioteca), de todos y para todos (Popular), surgida de sus largas caminatas por la ciudad y entregada al nomadismo geográfico y espiritual (Ambulante)”.