Boca Juniors pudo llevarse todo y se terminó quedando con sensación a poco en su debut de esta noche en el Grupo 8 de la Copa Libertadores, al empatar sin goles en su visita a Alianza Lima, de Perú, en una jornada en la que el gran ganador estuvo en Colombia, con un gran triunfo de Palmeiras sobre Junior que lo colocó al tope de la zona.
Las dudas principales en Boca se aposentaron en la zaga central, donde las lesiones de Lisandro Magallán y Paolo Goltz le abrieron un túnel en medio de la defensa que entre el experimentado Santiago Vergini y el inexperto juvenil (20 años) Agustín Heredia se encargaron de obturar con bastantes buenos resultados.
Después, para atacar, Boca dispuso de la pausa que ofrecieron el colombiano Edwin Cardona y el cordobés Emanuel “Bebelo” Reynoso, quienes buscaron equilibrar el fragor del hoy volante derecho Julio Buffarini y Cristian Pavón.
Entre unos y otros, la garantía de equilibrio la constituía Wilmar Carrios.
Claro que el colombiano también se siente solo por momentos, sobre todo cuando Buffarini corre más hacia delante que en el retroceso. Y de hecho eso le costó a Barrios una tarjeta amarilla antes de finalizar el primer tiempo.
Barrios recibió la tarjeta a los 44 del primer tiempo, un minuto después de que aconteciera lo propio con Vergini, y apenas segundos antes de que Carlos Tevez pegara un derechazo cruzado en el poste, en la que se constituyó en la acción de riesgo más importante de la que dispuso el “xeneize” en toda la primera etapa.
Es que el desarrollo de esa primera mitad tuvo un contenido muy distinto al de la segunda, fundamentalmente porque los peruanos, mientras tuvieron energía, le impidieron a Boca manejar la pelota con comodidad.
Esto empezó a cambiar en el segundo período, conforme Carlos Tevez retrocedió unos metros, dejó de ser ese “nueve” de área que pretende Guillermo Barros Schelotto, y se conectó más con Cardona y Reynoso.
A partir de allí los boquenses empezaron a jugar más tiempo en campo de Alianza y a generar espacios por donde acercarse al arco defendido por Daniel Prieto (promediando el primer tiempo reemplazó al experimentado Leao Butrón, que se retiró lesionado), hasta que un encuentro entre Tevez y Cardona concluyó con una gran resolución individual del colombiano que hizo rebotar el balón en el travesaño e increíblemente Cristian Pavón remató alto cuando tenía el rebote servido para convertir.
Este fue el botón de muestra de la noche negra que tuvo Pavón en Lima, algo que advirtió Barros Schelotto para reemplazarlo por un Cristian Espinoza cuando se jugaba media hora de la etapa final, momento en que también se produjo el retorno a la competencia después de siete meses de inactividad de otro colombiano como el volante Sebastián Pérez.
Sin embargo la historia no se modificó porque Boca pasó de la pausa al apuro sin estadíos intermedios, lo que le podría haber deparado algún disgusto grande en el final si los peruanos hubiesen contado con algo de jerarquía en el ataque para sacarle jugo a las contras que generó pero nunca supo resolver.
Y fue empate no más, en un partido chato y sin goles que pareció conformar a ambos, aunque quedó la sensación de que si hubiese apurado un poco más, el conjunto argentino se podría haber llevado todo de Lima y no menos de la mitad de la cosecha.
En el otro partido que abrió la competencia en el grupo 8, Palmeiras obtuvo un gran triunfo en Colombia sobre Junior, de Barranquilla, por 3 a 0. Los tantos de los brasileños fueron obra de Bruno Henrique en dos oportunidades y Miguel Borja, mientras que en los anfitriones vio la tarjeta roja Germán Gutiérrez antes de los 10 minutos del primer tiempo, lo que condicionó su accionar para el resto del encuentro.