El presidente Jair Bolsonaro anunció que Estados Unidos podría tener una base militar en Brasil, en el marco de su “preocupación” por el reciente apoyo militar ruso a la vecina Venezuela y sostuvo que su gobierno deberá ejercer una “supremacía” en Sudamérica.
En una entrevista emitida anoche por el canal SBT, el mandatario admitió por primera vez que Estados Unidos -país al que pretende visitar en marzo y a cuyo presidente, Donald Trump, dice admirar-, podria tener una base militar en la principal economía latinoamericana, que posee el mayor ejército de Sudamérica.
“La cuestión física (de una base) puede ser simbólica, hoy en día el poder de las fuerzas armadas estadounidenses, chinas y soviéticas (sic) está por todo el mundo, independientemente de una base. Ahora, según lo que ocurra en el mundo, quién sabe qué podemos discutir (sobre) esa cuestión en el futuro”, dijo el ex capitán del Ejército.
En ese sentido, destacó que Trump es “el hombre más poderoso del mundo” y que una visita a Washington para marzo fue conversada el primer día de su gobierno, el 1 de enero al asumir en Brasilia, con el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo. “Hay un preacuerdo para hacer la visita en marzo y tener un encuentro con Trump”, dijo.
Bolsonaro alentó el fantasma de tensiones con la vecina Venezuela, sobre todo luego de los ejercicios militares realizados en noviembre por la Fuerza Aérea de Rusia en acuerdo con el gobierno de Nicolás Maduro.
“Esta maniobra militar estaba prevista en Venezuela, pero sabemos cuál es la intención del gobierno de Maduro, de la dictadura de Maduro. Brasil tiene que tener preocupación con eso, porque nuestras Fuerzas Armadas fueron abandonadas por temas políticos en los últimos 25 años”, dijo.
El presidente brasileño de extrema derecha y defensor de la dictadora, insistió que las Fuerzas Armadas de Brasil son “el último obstáculo para la implementación del socialismo”, una frase que remite a los motivos por los cuales fue derrocado en 1964 por un golpe militar el presidente constitucional Joao Goulart, tras lo cual hubo una dictadura hasta 1985.
“Nuestra aproximación con Estados Unidos es económica y puede ser bélica. No queremos tener superpoder en Sudamérica pero tenemos que tener la supremacía”, sostuvo Bolsonaro en la primera entrevista como presidente.
Su canciller, Ernesto Araújo, asumió con un discurso en el que repudia “el globalismo”, en alusión al multilateralismo, elogiando a Trump y a los “nuevos gobiernos de Italia, Polonia y Hungría”.
El presidente aprovechó la entrevista para explicar su política de alineamiento con EE.UU, e Israel. En este sentido, Bolsonaro confirmó que la embajada en Tel Aviv se mudará a Jerusalén, siguiendo a EEUU, Australia y Guatemala, decisión que fue repudiada por la Liga Arabe y la Autoridad Nacional Palestina.
“Yo no voy a dejar de reconocer la autoridad de Israel, que decide dónde es su capital. La decisión está tomada, sólo falta decidir cuándo será implementada”, sostuvo.
(Télam)
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