El juez federal Claudio Bonadio procesó a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por “peculado”, en la causa que investiga el uso de los aviones de la flota presidencial para el envío de diarios a Santa Cruz y otras diligencias.
La investigación se derivó de la denominada “causa de los cuadernos”, a partir de las declaraciones de ocho ex pilotos y empleados de la flota presidencial.
El magistrado procesó también al ex secretario general de la Presidencia Oscar Parrilli y trabó embargos por 500.000 pesos.
Los testigos que declararon coincidieron en que durante la gestión de Néstor Kirchner y Cristina Fernández realizaban vuelos a las ciudades de Río Gallegos y El Calafate, en la provincia de Santa Cruz, “con el único fin de llevarles a los nombrados los diarios del día”, según indica el fallo de Bonadio, de 30 páginas. “Algunas personas hicieron alusión al traslado de otros elementos destinados a los hoteles que la familia presidencial tenía en la ciudad de El Calafate”, agrega.
Bonadio estimó los los valores de referencia de la utilización de esos aviones, entre el 2003 y 2015.
“Sin pretender una extrema precisión, puede establecerse que un vuelo ida y vuelta a Río Gallegos en el Tango 01 representaba en 2003 la suma de 11.082 dólares, que a valores actuales serían 476.526 pesos. En el Tango 02, 6.858 dólares en 2003, hoy en día 294.894 pesos. En el T-03, 6.900 dólares, que al presente son 296.700 pesos”, calculó. “En el T-10 la Fuerza Aérea Argentina debía costear, por un vuelo a Río Gallegos y su retorno a la ciudad de Buenos Aires, 2.015 dólares (más otros gastos menores de los que se hacía cargo la Presidencia), que a la fecha son aproximadamente 86.652 pesos. En tanto que a El Calafate aproximadamente 2.080 dólares, que a la fecha son 89.000 pesos”, agregó el magistrado.
En su presentación del 25 de febrero, Cristina Fernández aseguró que no usó “bienes del Estado” en su “propio provecho” e indicó que espera que el caso llegue a la instancia oral y pública para que quede “debidamente desvirtuado” la versión de “quien afirme lo contrario”.
“Ni Néstor Kirchner ni la suscripta utilizamos los bienes del Estado en nuestro propio provecho o fuera de lo que importaba el cumplimiento de funciones oficiales. Quien afirme lo contrario, indudablemente, miente y, cuando las actuaciones lleguen a una instancia oral y pública, espero que ante tribunales imparciales, ello quedará debidamente desvirtuado”, sostuvo la senadora nacional.
“No tengo un tribunal imparcial e idóneo para ejercer mis derechos de defensa, por lo que cumpliré con la asistencia al Tribunal y, en el momento en que se resuelvan las pendencias incidentales, brindaré mi versión de los hechos que se me imputan”, dijo Parrilli en su presentación.