Gobernadores brasileños alertaron hoy sobre un levantamiento armado de las policías a favor del presidente Jair Bolsonaro, luego de que policías retirados y en actividad convocaron a los agentes a participar de las manifestaciones de la ultraderecha oficialista anunciadas para pedir la intervención militar contra la corte suprema.
Las manifestaciones para repudiar a la corte por la investigación contra acciones que atentan contra la democracia, en la cual está bajo proceso el presidente Jair Bolsonaro, están convocadas en Brasilia y San Pablo para el 7 de setiembre, el Día de la Independencia brasileña.
Uno de los convocantes en las redes sociales es el coronel Aleksander Lacerda, comandante de siete batallones de la policía militarizada de San Pablo que horas después fue destituido del cargo por el gobernador paulista, Joao Doria.
“(Este levantamiento) puede ocurrir en el estado de ustedes. Aquí tenemos la inteligencia de la Policía Civil (investigaciones), que indica claramente el crecimiento de este movimiento autoritario para presionar a gobernadores e intendentes”, dijo Doria durante una reunión del foto de gobernadores realizado en Brasilia.
El eje de la protesta del 7 de setiembre es el Supremo Tribunal Federal por su investigación sobre el bolsonarismo, la fábrica de fake news (noticias falsas) y los movimientos supuestamente golpistas para que el Ejército invada la corte.
“No podemos aceptar pasivamente esto diciendo ‘a mí no me va a tocar’, porque esto le puede llegar a todos”, afirmó el presidente Bolsonaro a la FM 91, de Registro, San Pablo, la región donde nació.
Bolsonaro repudió la detención del diputado Daniel Silveira, famoso por haber roto una placa con el nombre de la concejala asesinada Marielle Franco, del bloguero Oswalgo Eustaquio y del ex diputado Roberto Jefferson, todos por decisión del juez supremo Alexandre de Moraes.
Por eso, luego de haber sido incluido en la causa por denunciar falsamente un fraude electoral pasado y en curso, el presidente presentó un pedido inédito de juicio político contra De Moraes, quien llegó allí luego de haber sido ministro de Justicia de Michel Temer.
El gobernador Doria reveló en la reunión con sus pares que existen convocatorias para ir con armas a la manifestación del 7 de setiembre y que existe también una amenaza de las patronales de camioneros con bloquear caminos.
El gobernador de Maranhao, el socialista Flavio Dino, dijo que es necesario mantener las policías dentro de la legalidad.
En enero de 2020, policías de Ceará, donde gobierna el opositor Partido de los Trabajadores, protagonizaron un motín reivindicando a Bolsonaro, un ex capitán famoso por su apoyo a las milicias de Río de Janeiro, los grupos de autodefensas compuestos por uniformados que le disputan el territorio en forma ilegal a los narcotraficantes.
La amenaza de levantamiento tuvo su pico con los mensajes en Facebook este domingo y lunes del coronel policial paulista Lacerda, quien acusó a su jefe, el gobernador Doria, de haber sido “blando contra la izquierda” y que para “derrocar la hegemonía izquierdista en el país es necesario un tanque y no un carrito de helados”.
“El clima va a calentarse. La libertad o se gana, se toma. Voy el 7 de septiembre”, dijo el comandante de las policías militares, que cuentan entre sus filas a parte de la fortaleza bolsonarista pese a que, por ser agentes de seguridad, no pueden hacer política.
La manifestación fue convocada por Bolsonaro y sus aliados luego de que fuera detenido el exdiputado Roberto Jefferson, bolsonarista que había pedido en un video, portando armas, atacar la embajada de China en Brasilia y el Supremo Tribunal Federal, y es además titular del conservador Partido Trabalhista Brasileño (PTB).
Otro policía que convocó a la marcha de 7 de septiembre fue el policía retirado Ricardo Nascimento, titular del mercado central brasileño ubicado en San Pablo (Ceagesp, por sus siglas en portugués).
En un video, Nascimento -ex titular de las fuerzas especiales llamada Rota de la policía paulista-, pide a los policías adherir a la marcha para respaldar al presidente frente al Supremo Tribunal Federal y les indica el lugar de reunión en la Avenida Paulista de San Pablo.
La disputa del gobierno contra la corte llegó con pesimismo a sectores financieros y neoliberales, que alertaron según el diario Folha de Sao Paulo del “costo Bolsonaro” que se avecina, como el aumento de la inflación, de la tasa de interés y el dólar y el freno de la inversión extranjera.
El sábado, el diputado Eduardo Bolsonaro, se preguntó: “¿Cuál será el próximo paso? ¿Detener al presidente? ¿A sus hijos? No tenemos miedo de la prisión. Detienen por fake news, va a llegar un momento en que un mandato de la corte no será cumplido”.
Bolsonaro amenazó a inicios de agosto salirse de la Constitución para enfrentar a la corte a raíz de estas investigaciones. El mandatario acusa de violar la Constitución a los jueces supremos Moraes y Luiz Barroso, también jefe de la justicia electoral.
La fiscalía general calificó el viernes pasado de “intento de levantamiento” a la manifestación en la causa abierta por atentar contra la democracia contra el empresario ruralista y empresario del transporte Sergio Reis, de 81 años, exdiputado que es un ícono del folklore brasileño y defensor de Bolsonaro.
(Télam)