En la última semana surgió un informe del Ministerio de Seguridad, presentado a la Justicia, que dio vuelta las sospechas del caso Santiago Maldonado sobre un grupo de gendarmes que participó de una “escaramuza” fuera del desalojo de la ruta 40 e hirió a un manifestante.
“Lo que hizo está absolutamente fuera del reglamento, pero no quiero estigmatizar a Robledo. Va a tener consecuencias, pero queremos terminar de analizar todo el panorama. En el momento en que tengamos que tomar decisiones, lo haremos. Hay que analizar todo, eso incluye lo que se montó“, aseguró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en referencia al gendarme Neri Robledo que, según el informe de la cartera elevado a la Justicia, se convirtió en el principal sospechoso de haber herido a un manifestante el día que Maldonado fue visto por última vez. “Hay que ser muy duros contra los que hicieron acusaciones falsas y los que difamaron”, aclaró.
“Todavía no podemos decir que lo que hizo Robledo tuvo consecuencias. Hizo algo que está mal, pero no sabemos si eso tuvo consecuencias“, apuntó la ministra, con respecto a que no está probado que el manifestante al que golpeó el gendarme haya sido Maldonado y tampoco lo que le ocurrió.
“Los sistemas sumariales de las fuerzas de seguridad son antiguos”, admitió la ministra y reconoció que hay que cambiarlos para que “sean externos a las fuerzas”, dijo Bullrich en un reportaje al matutino La Nación.
El Ministerio de Seguridad realizó un informe propio sobre el procedimiento que llevó a cabo la Gendarmería el 1º de agosto en la localidad chubutense de Cushamen.
El informe consistió en realizar nuevas entrevistas e indagaciones, fuera del reporte que había pasado Gendarmería, a los efectivos que participaron del operativo de desalojo.
“Se trata de una investigación de oficio para ayudar al juez sobre el procedimiento”, indicaron fuentes de la Secretaría de Seguridad Interior a Diario Vivo.
El informe del Ministerio de Seguridad fue elevado a Guido Otranto, el magistrado de Esquel a cargo de la investigación sobre la desaparición de Santiago Maldonado, el domingo último. El secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, se lo acercó personalmente.
La investigación interna sobre los gendarmes, paralela a la de la fuerza, reveló que, fuera del desalojo en la ruta 40, hubo una “escaramuza” en la orilla del río Chubut, que es donde el manifestante fue herido por Robledo. Entre ayer y hoy, el juez citó a declarar a los efectivos involucrados.
“Recién supimos que Robledo estuvo el río cuando él lo dijo. Y la declaración la hizo por su propia voluntad”, dijo Bullrich al diario La Nación, que explicó que el gendarme declaró recién anteayer porque “volvió de estar con su padre por una situación difícil”.
El informe del Ministerio de Seguridad estuvo a cargo del director de Violencia Institucional y los Delitos de Interés Federal del Ministerio de Seguridad, Daniel Barberis.
El gobierno nacional sintió ayer alivio al conocer el resultado del análisis de ADN que indicó que no había rastros de los rasgos genéticos de Malodnado en las muestras tomadas de los vehículos presuntamente utilizados por Gendarmería para el operativo del 1º de agosto.
“Pudo haber habido una inconducta, pero eso está muy lejos de una desaparición forzada. Acá, inmediatamente, nos acusaron de todo, nos insultaron, nos quisieron poner al lado de la peor historia de la Argentina”, sostuvo Bullrich a La Nación. “Una cosa es que la Gendarmería esté en un plan de desaparición forzosa y otra es que un gendarme haya cometido una acción que va en contra de las normas”, agregó.
En este sentido, la ministra reafirmó a su jefe de Gabinete, Pablo Noceti. “No tengo ninguna duda de Noceti. No sólo lo digo yo, también lo dice el juez Otranto”, sostuvo.