Compañías dirigidas por los magnates Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson compiten hoy para acaparar el negocio de los vuelos turísticos espaciales, un mercado que se calcula que representará en la próxima década unos ingresos superiores a los 1.600 millones de dólares.
Mientras tanto, la empresa Oceangate promete que en unos meses se hará el primer viaje con pasajeros para recorrer el área del naufragio del RMS Titanic. La empresa asegura que respetarán todos los restos del malogrado barco que “no se podía hundir jamás”.
¿Cuánto cuestan estos viajes sólo para millonarios? Trascendió por ejemplo que el ticket al Titanic tendrá un valor de 105.000 dólares, mientras que un vuelo suborbital de 11 minutos en el cohete de Blue Origin, rondará los 200.000 mil dólares.
Entre 2001 y 2009, Rusia llevó a siete turistas al espacio con un valor por viaje de entre 20 a 40 millones de dólares, una experiencia que finalizó y ahora son las empresas privadas que toman la posta.
La semana pasada, Elon Musk (dueño de SpaceX y de la automotriz Tesla, así como cofundador de PayPal) presentó al empresario japonés Yusaku Maezawa, quien en 2023 será el primer turista que sobrevolará la Luna, junto con un grupo de artistas plásticos, arquitectos y diseñadores elegidos por él. Aunque no se sabe el monto total de lo que costará el viaje, el japonés, que además es millonario, pagará la cuenta de los pasajes de todos los viajeros. El vuelo se hará en el Big Falcon Rocket (BFR), un cohete que está en etapa de desarrollo y que será más potente que el Saturno V que llevó a las naves Apolo a la Luna. La misma SpaceX es la que creó el Falcon 9, un vector espacial reutilizable ya en pleno uso por la Nasa y que en pocos días pondrá en órbita al satélite argentino Saocom 1A.
Elon Musk proyecta además instalar una colonia humana permanente en Marte, para lo cual utilizará el BFR como transporte. Quien quiera reservar un asiento para los vuelos suborbitales a bordo del New Shepard, el cohete y satélite de la firma Blue Origin que despega y aterriza en forma vertical, ya puede anotarse en la página www.blueorigin.com/interested.
Los vehículos fueron probados con éxito aunque sin tripulación, pero no hay certeza de cuándo empezarán los primeros vuelos tripulados. Los vuelos suborbitales consistirán en un “disparo” del cohete tripulado al cielo para unos pocos minutos de viaje sin llegar a girar alrededor de la Tierra.
El dueño de Blue Origin es Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon, quien ha demostrado que sabe mucho de negocios rentables. Por su parte Sir Richard Branson, el dueño de Virgin Galactic, presenta una propuesta similar con su SS Unity, como llamó a su servicio de vuelos suborbitales con un período de ingravidez de unos 5 minutos.
El turismo para unos pocos millonarios que aman el riesgo no solamente presentará opciones fuera de la Tierra sino que también en las profundidades del océano. Según publicó The Economist esta semana, la empresa OceanGate tiene plazas para que 54 turistas a bordo de un minisubmarino lleguen en varias inmersiones a los más de 3.800 metros a los que está hundido el Titanic. El barco, que chocó contra un témpano en las heladas aguas del Atlántico Norte en 1912, fue redescubierto durante una exploración oceanográfica en 1985. Si las cuentas cierran con ganancias, las visitas con OceanGate se extenderían a famosos buques hundidos durante la Segunda Guerra Mundial.