La inauguración de la nueva sede de Moscú Teatro es una victoria para el circuito independiente. “Ahora estamos en un tiempo de incertidumbre y adversidad pero nos sigue guiando el sueño del teatro”, comentaron a Diario Vivo los gestores de la sala Lisandro Penelas y Francisco Lumerman, quienes el 15 de enero reabrieron sus puertas.
El Off se encuentra en un callejón sin salida. Desde el último tiempo viene sobrellevando la suba de impuestos, la crisis sanitaria y los estrictos protocolos que resultan inviables para la mayoría de los teatros. Según relevaron las tres organizaciones que agrupan las salas independientes de la ciudad (Espacios Escénicos Autónomos, Escena; Asociación Argentina del Teatro Independiente, ARTEI; y Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos, MECA) en un año cerraron más de 20 espacios y centros culturales. Por eso, la reciente inauguración de Moscú Teatro es una luz de esperanza para el regreso de la cultura independiente.
Hace 7 años, en el barrio de Villa Crespo, Penelas y Lumerman concretaban un sueño: un espacio propio en el cual investigar, dar talleres de dramaturgia, formar actores y estrenar obras. Una sala para 40 personas se sumaba al circuito independiente y formaba parte de uno de los polos más importantes del under. Después de 5 años de trabajo compartido, a finales de 2019, el aumento desmesurado en el alquiler obligó a los fundadores a armar las valijas: “Lo más difícil fue dar el primer paso. Más de 150 alumnos pisaban el lugar, había entre 4 y 5 espectáculos por semana… pero cuando pudimos dar ese paso fue un envión gigante”, contó Lumerman sobre la mudanza.
Apenas comenzado el 2020, arribaron a Juan Ramirez de Velazco 535 un lugar que les permitió montar una oficina, un bar, una sala para 40 espectadores y otra para 110. Se expandieron. Sin embargo, la pandemia les impidió inaugurar su nueva sede: “Fue un golpe muy duro desde lo económico, pero principalmente desde lo emocional”, manifestó Lumerman.
“Sostener” y “repensar” son las primeras palabras que dicen ambos directores al momento de referirse sobre el 2020. Las mismas hacen eco en los escenarios vacíos del under. Las clases virtuales, los vivos de Instagram y los encuentros por Zoom sirvieron para aguantar el mal trago. Sin embargo, tras siete meses y medio de inactividad, ardía el deseo de regresar.
En noviembre, durante la etapa de flexibilización de la cuarentena, el Gobierno habilitó a las distintas jurisdicciones a presentar pedidos de autorización para el regreso de la actividad teatral, los cuales debían ser evaluados por la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Salud para su aprobación final. Para algunos, algo empezaba a moverse.
Pasaron tres meses más de arduo trabajo y, por fín, el 15 de enero la nueva sede de Moscú Teatro reabrió sus puertas con una función de “El amante de los caballos”, de Lisandro Penelas. “Es un tiempo extrañado. Esperamos mucho tiempo para abrir este espacio y hacerlo es una felicidad enorme, pero al mismo tiempo las condiciones actuales, los protocolos, tener la sala reducida, son situaciones extrañas. Al margen de eso, la posibilidad de encontrarse y tener presencialidad nos dá mucha alegría”, expresó Lumerman.
Y esa alegría se comparte. El teatro no genera ganancia en términos empresariales, produce pensamiento crítico, construye sociedades, constituye sujetos, expande vínculos, provoca catarsis y un montón de operaciones sensitivas, emocionales e intelectuales que suceden en el convivio con el hecho escénico. Por eso para toda la comunidad artística es un duelo el cierre de más de 20 espacios, y una ovación de pie la reapertura de cada sala independiente.
“Nuestro principal objetivo para este año es poder sostener el espacio y seguir generando espectáculos”, sostuvo el director. Seguramente el 2021 tendrá sus dificultades, pero lo más urgente es que vuelvan los espectadores. O al menos al 30 por ciento de ellos.
Según el adelanto de los datos obtenidos por la encuesta “Mediatización de las artes escénicas. Consumos durante la cuarentena y perspectivas futuras” realizada por Alternativa Teatral junto a Enfoque Consumos Culturales con el apoyo de Proteatro; aún son pocos los espectadores que volvieron a ocupar una butaca. De un total de 2.948 encuestados entre el 29 de diciembre de 2020 y el 15 de enero de 2021, solo un 14 por ciento asistió a ver una obra en cartel.
Aún son pocos los espectáculos que han regresado. Del resto de los consultados que no asistieron al teatro, un 48 por ciento indicó que esperará a que disminuyan los casos de Covid-19 o a tener aplicada la vacuna para volver de forma presencial. De todas formas, el 60 por ciento de las personas que sí asistieron, expresaron sentirse muy seguros en términos sanitarios; un 18 por ciento se notó seguro, un 15 no percibió ni seguridad, ni inseguridad; y solo un 7 por ciento advirtió inseguridad.
“El público acompañó las propuestas del teatro. Nos puso muy contento ver la sala llena”, contó Lumerman sobre el flujo de espectadores durante la inauguración y el Festival Lazos. Ya con la reapertura realizada, el desafío de ahora será generar confianza en el regreso de la actividad, desarrollar actividades tentadoras para movilizar al público y convivir con la virtualidad.
La programación completa está accesible en la web de Moscú Teatro.