Tras dos meses de juicio oral y público, el empresario Ibar Pérez Corradi fue condenado a 7 años de prisión por el tráfico ilegal de efedrina, para la producción de drogas de diseño.
El juicio estuvo a cargo del Tribunal Oral Federal Nº 8, integrado por Nicolás Toselli, Sabrina Namer y Gabriela López.
El empresario fue capturado en Paraguay y extraditado a Argentina, acusado de la importación de 9.800 kilos de efedrina a través de la firma Farmacéuticos Argentinos S.A. y otros 1.900 kilos a través de Guillermo Ascona, entre 2004 y 2008. La sustancia estaba destina a bandas de narcotráfico y los cargamentos eran muy superiores a los permitidos por la normativa local para la industria farmacéutica.
Para comercializar la efedrina se utilizó la Droguería Masterfarm, que estaba a nombre de Jorge Alberto Ochoa, un hombre que no tenía solvencia económica para ese negocio y que era un testaferro de Pérez Corradi.
El empresario también está está implicado en otra causa, junto a ex funcionarios como el ex titular del SEDRONAR Ramón Granero, el ex director del Registro Nacional de Precursores Químicos Julio Alberto de Oure y los hermanos Máximo y Miguel Ángel Zacarías.