Corea del Norte pidió hoy ayuda humanitaria a la ONU y otras organizaciones en medio de uno de los momentos económicos más difíciles del país desde la gran hambruna de los años 90, una crisis humanitaria que abrió la puerta al primer acuerdo nuclear con Estados Unidos.
“El gobierno (norcoreano) solicitó asistencia de las organizaciones humanitarias internacionales presentes en el país para responder al impacto de la situación de seguridad alimentaria”, explicó el vocero de la ONU, Stéphane Dujarric, durante su conferencia de prensa diaria, según la agencia de noticias EFE.
Recientemente, la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU advirtió que la ayuda humanitaria de Naciones Unidas y otras organizaciones se redujo por las sanciones internacionales 117,8 millones de dólares en 2012 a 17,1 millones el año pasado. En paralelo, el Banco Central de Corea del Sur informó hace unos meses que, en 2017, la economía norcoreana se contrajo en al menos un 3,5 por ciento por ciento del PBI, lo que supone la mayor recesión anual desde los dramáticos años noventa cuando cientos de miles de personas, según el gobierno, y millones, según desertores, ONGs y gobiernos extranjeros, murieron de hambre.
Dujarric explicó que Naciones Unidas está en contacto con las autoridades norcoreanas para analizar el impacto que la falta de comida, profundizada en los últimos años por la reducción de la ayuda humanitaria, puede tener en la población más vulnerable y actuar de forma temprana para cubrir necesidades humanitarias. El vocero de la ONU dijo que, según cifras comunicadas por Pyonyang, se espera que para 2019 el país tenga una carencia de unas 1,4 millones de toneladas de alimentos básicos como trigo, arroz, papas y soja.
El país asiático fue escenario en los años noventa de una fuerte hambruna que terminó siendo la antesala del primer acuerdo nuclear entre Corea del Norte y Estados Unidos, que establecía la promesa de desnuclearización y la apertura a una fiscalización internacional a cambio de miles de millones de dólares en comida y energía. Según datos oficiales de Estados Unidos, entre 1995 y 2008, solo Washington envió más de 1.300 millones de dólares al gobierno comunista. Pero el acuerdo nuclear finalmente se cayó y el gobierno de George W. Bush rompió el diálogo al incluir a Corea del Norte en el llamado Eje del Mal.
Desde entonces, la política de la Casa Blanca y de la comunidad internacional hacia Corea del Norte se concentró en la imposición de sanciones para intentar frenar, sin éxito, su desarrollo militar nuclear.
Tras la apertura de un diálogo político con Corea del Sur y principalmente con el gobierno estadounidense de Donald Trump, países como Rusia llamaron recientemente a levantar algunas de esas sanciones para animar a Pyonyang a avanzar en las conversaciones para desnuclearizar el país.
Trump y su par norcoreano, Kim Jong-un, celebrarán la próxima semana su segunda cumbre en la capital de Vietnam con el objetivo de acordar una “definición compartida” de lo que implica la desnuclearización, después de meses de estancamiento en las negociaciones.
(Télam)