En un breve paso por Comodoro Py, Cristina Kirchner presentó tres escritos en el juzgado de Claudio Bonadio. Planteó la nulidad de la causa y recusó tanto a Bonadio como al fiscal Carlos Stornelli, los encargados de llevar adelante la causa de los cuadernos, en la que ya hay 18 detenidos.
“Hay una decisión política del Poder Judicial -en su más alta expresión- en coordinación con el Poder Ejecutivo, para ungir a Bonadio como brazo de persecución contra mi persona”, escribió la senadora en su escrito. Y abonó la teoría del “lawfare”, esto es, la persecución política a través de la Justicia, algo que dicen sufrir muchos líderes progresistas de la región como Lula, Dilma Rousseff y Rafael Correa. “Se inaugura así una nueva categoría jurídica que excede la del juez parcial o ‘no juez’ que enseñaba Baigún: se trata del juez enemigo, actor principal del lawfare”, agregó.
La ex presidenta salió de su domicilio de la calle Juncal a bordo de un Chevrolet gris a las 9.25. Estaba citada a las 10. Entre quienes la acompañaron en la presentación estuvieron el ex embajador en el Vaticano y dirigente del peronismo porteño Eduardo Valdés y el dirigente social Juan Grabois, ambos de buen vínculo con el papa Francisco. Un grupo de militantes la saludó antes de subirse al auto. Lo mismo sucedió en Tribunales, donde ingresó por una puerta lateral. “Vamos Cristina”, se escucharon algunas voces. Ella los saludó con la mano.