Cuáles son los síntomas del ACV y cómo prevenirlo

En la Argentina se producen 126.000 casos por año, de los cuales 18.000 terminan en muerte.

El Accidente Cerebrovascular (ACV) es una patología que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa la segunda causa de muerte y la primera de incapacidad entre los adultos a nivel mundial. Es por esto que cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del ACV para promover la toma de conciencia sobre los factores de riesgo y las estrategias de prevención de esta enfermedad.

En la Argentina, se produce un ACV cada 9 minutos, según datos arrojados por el estudio PREVISTA (Programa para la Evaluación Epidemiológica del Stroke en Tandil), publicado en la revista Stroke en 2016. Por su parte, la OMS indica que 15 millones de personas sufren un evento vascular cerebral al año en todo el mundo. De este grupo, cinco millones mueren y otros cinco millones quedan discapacitadas de por vida.

Existen dos tipos de ACV: el isquémico, que se produce cuando un coágulo bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro, y el hemorrágico, causado por la ruptura de un vaso sanguíneo cerebral. Datos de la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación destacan que el ACV isquémico es el más frecuente, ya que representa el 80 por ciento de los casos.

“El ACV es más devastador que un ataque cardíaco, en especial por la incapacidad que provoca: generalmente parálisis de medio cuerpo y muchas veces pérdida del habla. Por eso debemos recordar que es una enfermedad prevenible, tratable y recuperable, como muchas otras patologías”, asegura Jorge Tartaglione (M.N. 67502), presidente de la Fundación Cardiológica Argentina.

En nuestro país se producen 126.000 casos de ACV por año, de los cuales 18.000 terminan en muerte. Los principales factores de riesgo son la hipertensión arterial (presente en casi el 80 por ciento de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina), diabetes (el 22 por ciento de los pacientes que sufren un ataque cerebral tienen esta enfermedad), tabaquismo (aumenta el riesgo entre un 50 y un 70 por ciento, siendo mayor el impacto en las mujeres), el colesterol alto y el alcoholismo.

Formas de prevención 

Entre las principales medidas de prevención, la Fundación Cardiológica Argentina recomienda realizar estrictos controles de la presión arterial, de la diabetes y de las enfermedades del corazón, abandonar el cigarrillo y hacer dieta y ejercicio físico bajo supervisión médica.

Asimismo, subraya que uno de los pilares del tratamiento de la hipertensión arterial es la alimentación, en la que se debe reducir el consumo de sal. “No solo se debe disminuir el consumo de sal de mesa, sino también la ‘sal invisible’, presente en ciertos alimentos como el pan, las galletitas, los fiambres, quesos duros, salsas, embutidos, caldos, snacks, envasados de salmuera, enlatados y muchos otros de los alimentos procesados. Incluso las aguas embotelladas contienen distintas cantidades de sodio”, advierte Tartaglione, quien aconsejó que a la hora de condimentar una buena alternativa es reemplazar la sal por una variedad de especias.

Como conclusión el profesional insiste en que “la prevención es fundamental para revertir el impacto de esta enfermedad y sus factores de riesgo”. “Garantizar una prevención eficiente es responsabilidad de todos: la población, la comunidad médica, el sistema de salud, y el Estado en su conjunto”.