Los 190 participantes de la cumbre anti-abusos que se desarrolla en el Vaticano dedicaron el segundo día de trabajo a pensar caminos para que los sacerdotes abusadores “rindan cuentas” a la Justicia civil y a los tribunales eclesiásticos y evaluaron crear una “Task Force” dentro de la Iglesia, con canonistas y psicólogos, para ayudar a las víctimas y orientar a los obispos.
Los presidentes de las conferencias episcopales pusieron sobre la mesa algunas medidas concretas, como la posible creación del “cuerpo especial” que actuaría en los países donde se registren casos de abusos, en una jornada que volvió a contar con la presencia del papa Francisco en todas las sesiones de trabajo.
“Hay algunas conferencias episcopales, con mucha experiencia, que se ocupan del tema de los abusos hace años, y es en esa dirección que se habla de la posibilidad de que se forme una suerte de ‘Task Force'”, explicó a la agencia de noticias Télam el moderador de la cumbre, Federico Lombardi.
El equipo vaticano podría estar integrado por expertos y canonistas, junto a psicólogos, “que se ocupen de cómo estar junto a las víctimas, para que los obispos se sientan acompañados, y de cómo formular líneas guías, tratar casos de abusos y dar todo tipo de ayudas”.
El cardenal indio Oswald Gracias sostuvo que los miembros de la Iglesia culpables de abusos sexuales tienen que “rendir cuentas ante las autoridades civiles”.
“Aquellos que son culpables de un comportamiento criminal en justicia tienen la obligación de rendir cuentas ante las autoridades civiles por dicho comportamiento”, planteó el arzobispo de Bombay. “El abuso sexual de menores y otras personas vulnerables no solo viola la ley divina y eclesiástica, sino que también es un comportamiento criminal público”, agregó.
Entre las propuestas para mejorar la “accountability”, surgió la de establecer líneas telefónicas y páginas web “para recibir y transmitir las acusaciones”.
“Todos los mecanismos para reportar acusaciones de abuso o mal manejo de casos de abuso contra un obispo deben ser transparentes y bien conocidos por los fieles”, sostuvo el arzobispo de Chicago, Blase Cupich.
Por otro lado, se propuso que la sexualidad “no sea un tema tabú” en los cursos de formación a seminaristas y crear una especie de “vademecum”, con instrucciones para actuar en casos de abusos sexuales por parte de miembros del clero.
Por parte del la Iglesia argentina, participó de la cumbre “anti-abusos” monseñor Oscar Ojea.