El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, calificó como “muy positivo” el encuentro de ministros de Finanzas y presidente de banco centrales del G-20, que se llevó a cabo el lunes y martes últimos en Buenos Aires.
“Pudo estar a la altura del encuentro de ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales, tanto en lo organizativo como en el debate de los temas principales”, evaluó Dujovne.
“Específicamente, tuvimos un gran logro en el texto del comunicado, que reconoció que el comercio internacional y la inversión son motores importantes del crecimiento, la productividad, la innovación, la creación del empleo y el desarrollo”, destacó el jefe de asesores de la cartera, Ariel Sigal.
La cumbre reunió en Buenos Aires a unos 3.000 dirigentes, incluídos los ministros y presidentes de bancos centrales de los países del G-20 y las máximas autoridades del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), entre otras entidades.
Sigal remarcó que asignación de la presidencia del G-20 a la Argentina durante este año fue una “muestra de apoyo de la comunidad internacional”. “No es rotativa, no nos tocaba necesariamente y si la asumimos fue como muestra de apoyo de la comunidad internacional y la confianza de lo que podemos hacer”, apuntó.
El funcionario evaluó que es un momento de ruptura y en el que están surgiendo nuevas “tensiones”.
“Empiezan a romperse los consensos fuertes que rigieron en los últimos 20 años y surgen tensiones sobre en qué está de acuerdo o no el mundo”, indicó.
Sigal informó que los debates de la cumbre del lunes y martes “se enmarcaron en una economía global que crece de manera más o menos sólida y coordinada, pero con tres grandes riesgos”.
“La normalización de la política monetaria en los países centrales, luego de una década de tasas cero o negativas, lo cual, con un empleo casi pleno, genera tensiones en los mercados. También crecen las tensiones proteccionistas en el mundo, mientras permanecen distintos riesgos geopolíticos”, advirtió.
El funcionario argentino informó que, entre los temas tratados en la cumbre de ministros y presidentes de bancos centrales, también se trató la tributación en la era digital. “Existen dudas sobre cómo se producen las cosas y quién paga impuestos”, apuntó. “Hay una discusión técnica y económica entre los países, por ejemplo, sobre dónde se produce y se vende cuando se habla de la Nube y aunque la Argentina fue líder en la última reforma tributaria al poner impuestos a los servicios digitales, el debate persiste”, explicó Sigal.
También se analizó el avance de las criptomonedas, en las que los bancos centrales “reconocieron oportunidades y riesgos”. “Definieron que se trata de activos ya que no cumplen las funciones de las monedas”, agregó.
“Si bien no se adoptaron medidas al respecto, se expresó la preocupación sobre el posible uso de esos instrumentos como canal de transaciones ilegales”, alertó Sigal.
El futuro del trabajo fue otro de los debates centrales de la cumbre del G-20, que fue propuesto por Argentina. “En el marco de una aceleración del cambio tecnológico, la robotización y la ampliación de cadenas de valor, que cambia de manera fundamental la naturaleza y la definición sobre quién es un empleado, se discute sobre qué es una empresa o una fábrica y, si bien se plantea aprovechar las oportunidades para los trabajos del futuro, lo cierto es que los sistemas regulatorios, impositivos y de beneficios sociales están pensados para el siglo XX”, explicó el jefe de asesores del Ministerio de Hacienda.
Otro de los puntos planteados por Argentina fue el financiamiento para la infraestructura. “Mereció una amplia atención en el G-20 porque se trata de una cuestión que afecta también al mundo desarrollado y la prioridad es crear instrumentos para aumentar la inversión privada ya que el sector público no tiene los recursos necesarios”, concluyó Sigal.
(Con información de Télam)