La amenaza de que se cancele la esperada cumbre entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prevista el 12 de junio próximo en Singapur, generó hoy preocupación global y pedidos de gobiernos y líderes para que “el espíritu de diálogo y cooperación” logrado en la cumbre intercoreana permita su realización.
El vicecanciller norcoreano Kim Kye-gwan advirtió ayer en un comunicado difundido por la agencia oficial KCNA que si Washington “exige unilateralmente que nos deshagamos de nuestro programa nuclear, dejaremos de tener interés en las conversaciones y tendremos que reconsiderar si aceptamos la próxima cumbre”.
El brusco cambio de tono se gatilló después que el consejero de Seguridad Nacional John Bolton recomendara a Pyongyang que se deshaga por completo de su programa nuclear, tal como hizo Libia entre los años 2003 y 2004. Apenas horas después de que las declaraciones del vicecanciller sembrara dudas sobre la cumbre, el Gobierno de China pidió a Washington y Pyongyang que sean flexibles y no desperdicien la “duramente conseguida distensión en la península de Corea”.
Paralelamente, el secretario general de la ONU, António Guterres, manifestó hoy su esperanza de que “prevalezca el sentido común” y se celebre la cumbre. “Espero que al final prevalezca el sentido común y espero que la cumbre tenga lugar y sea exitosa”, declaró Guterres en una rueda de prensa tras reunirse en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y el resto de comisarios.
La duda sembrada ayer constituye un importante golpe tras meses de avances para mejorar las relaciones entre el aislado régimen norcoreano y la comunidad internacional para tratar de solucionar la cuestión nuclear en la península. No obstante, la Casa Blanca se mostró hoy “todavía esperanzada” de que la cumbre se lleve a cabo. “Todavía estamos esperanzados de que el encuentro tendrá lugar y seguiremos ese camino”, afirmó hoy Sarah Sanders, portavoz de la Casa Blanca, en una entrevista en la cadena estadounidense Fox citada por la agencia de noticias EFE.
“Estamos listos para reunirnos y, si eso ocurre, está bien pero, si no, veremos lo que ocurre. Si no sucede, continuaremos nuestra campaña de máxima presión”, agregó Sanders.
Alertados por el mensaje llegado desde Pyongyang, anoche los cancilleres de Corea del Sur y Estados Unidos, Kang Kyung-wha y Mike Pompeo, respectivamente, acordaron por teléfono seguir trabajando para que se celebre la cumbre. Ambos “acordaron mantener la estrecha cooperación” entre Seúl y Washington “para lograr la completa desnuclearización y el establecimiento de la paz en la península coreana a través de una exitosa cumbre”, explicó el Ministerio de Exteriores surcoreano en un comunicado.