En una resignificación de la experiencia que realizó en 1970 bajo el nombre de “Time”, el artista conceptual David Lamelas reunió por medio de una videoconferencia en Zoom a 20 personas de distintas nacionalidades y diferentes puntos del planeta para que interactúen en simultáneo a través de la palabra y la gestualidad.
Cerca del mediodía, Lamelas comenzó diciendo qué hora era en Buenos Aires -donde reside- y al minuto le cedió el espacio a otra persona para que dispusiera también de 60 segundos. Así se fue alternando la presencia de los distintos participantes hasta que los 20 aparecieron en distintos fragmentos de la pantallas.
En ese momento, el artista sacó una foto con su celular a la computadora indicando que en la Argentina eran las 12:29 del mediodía y dio por finalizada la experiencia.
Lamelas ya había realizado esta performance en Suiza hace 40 años. Se trata de un ejercicio donde cada participante, como un músico en una orquesta, dice en qué ciudad está, el horario y luego se queda observando al resto en su pantalla de videoconferencia.
A lo largo de la puesta se producen silencios, incomodidades, sonrisas y pensamientos que se hacen patentes. Cada uno de los participantes se expresa en el idioma materno y luego en inglés, como lengua común.
En esta propuesta de comunicación situada virtualmente, cada espacio particular se encuentra limitado y se expande en la totalidad de los que participan cuando se muestra en una sola pantalla todos los rostros.
Mientras en la propuesta original cada persona estaba al lado de otra a la que le cedía su turno luego de un minuto, la nueva versión aprovechó los avances tecnológicos a través de la plataforma Zoom.
Para Lamelas, la performance es un medio para representar sus ideas: “La primera idea del tiempo fue una línea de tiempo dibujada en un papel y eso tenía que tener su correlato físico. De allí surgió la idea poner a un un grupo de personas ubicados en una línea, lado a lado, y que cada persona dispusiera de un minuto al término del cual se le cedía ese mismo tiempo a su vecino como una escultura”, explicó en una entrevista reciente.
El artista comenzó como escultor en los años 60, trabajó con medios mixtos incluyendo performance, cine y fotografía. Su pieza Time 1970 fue adquirida por el Tate Modern “como un conjunto de instrucciones donde se explicaba cómo reproducirla”.
“Time (2020) es una celebración de solidaridad, el estar juntos, compartir tiempo y espacio a pesar de las distancias físicas y las fronteras. El artista desea extender este gesto de solidaridad más allá del campo del arte y anima a que entre todos ayudar a combatir la crisis global COVID.19 y se pide realizar una donación a la OMS”.