La neutralidad en la red dejará de existir el próximo lunes en los Estados Unidos y, pese a los esfuerzos combinados del Partido Demócrata y las principales plataformas online, los proveedores de Internet podrán diferenciar velocidades de conexión según los contenidos.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) controlada por los republicanos, había determinado en diciembre la derogación de las normas que garantizan la neutralidad en la red, que habían quedo formalizadas en 2015 por la administración del ex presidente Barack Obama.
En el ámbito legislativo, la bancada Demócrata en el Senado consiguió aprobar el 16 de mayo una resolución para mantener la neutralidad y, aunque hoy pidieron a sus colegas de la la Cámara de Representantes que la debatan, no tendrían los votos para avanzar en su aprobación. “Es un tema que se ordenó bastante por alineamiento partidario. Yo creo que la Cámara de Representantes no lo va lograr aprobar (la continuidad de la neutralidad) por una cuestión de correlación de fuerzas”, explicó el docente y especialista en comunicaciones, Martín Becerra.
La neutralidad se trata de un principio por el cual los datos que circulan por las redes deben ser tratados sin discriminación por parte de los proveedores de Internet, lo que les impide bloquear, agilizar o ralentizar la velocidad de conexión para acceder a determinados contenidos.
Desde que la FCC se expidió el año pasado se multiplicaron campañas impulsadas por empresas cómo Google, Facebook, Microsoft o Twitter, que ven en el cambio de reglas un factor que puede atentar contra su negocio. Además generó reacciones políticas como las adoptadas por el Estado de Washington que promulgó una ley local que busca proteger la neutralidad y evitar así que los proveedores de servicio de Internet (ISPs) tengan la capacidad de ralentizar o bloquear contenidos online.
Las estimaciones sostienen que de ahora en adelante quien navegue por Internet en Estados Unidos gastará su paquetes de datos de manera diferenciada dependiendo del sitio que visite y los más pesimistas creen que eso se notará en la velocidad de navegación. El impacto en el resto del mundo también se encuentra en el terreno de las especulaciones.
Algunos servicios como Netflix y Google han trabajado para que sus servicios estén dotados de servidores en otros lugares del mundo y por ello podrían no ser afectados notoriamente por la nueva legislación estadounidense.
“Si Estados Unidos abandona la neutralidad, eso va a repercutir en el mundo” y abonó la idea de una “desregulación que re-regula” el campo de los contenidos de Internet dejando en manos de las ISPs la gestión arbitraria del tráfico. “A mi entender, la condición imprescindible para que alguien decida sería que los criterios sean validados por una autoridad pública. Si me decís ‘le tengo que dar más velocidad a los contenidos en video’ se puede discutir, pero acá va a ser -por ejemplo- ‘le voy a dar más velocidad a Netflix sobre Youtube’ y eso es distinto”, ejemplificó Becerra. Aunque el investigador es crítico de la eliminación de la neutralidad, afirmó que “nunca” idealizó el principio, ya que existe “algo engañoso” cuándo “se les exige neutralidad a las telcos (empresas de comunicaciones)” pero Google y Facebook “no hicieron que sus algoritmos sean neutrales”.