En el último trimestre The Walt Disney Company presentó algunos de los peores números de su larga historia, con una pérdida de 1.500 millones de dólares que se alineaban con un descenso de más del 30% de las acciones en bolsa. Pese a su situación de liderazgo indiscutido a nivel de recaudación en cines, no era un buen precedente de cara al año que viene (cuando la compañía celebrará un siglo de existencia), y era razonable culpar de estas pérdidas a la gestión como CEO de Bob Chapek, que dio comienzo en 2020 y recibió múltiples críticas desde entonces. Pese a este cuestionamiento, poca gente se esperaba la decisión que tomó la directiva de la noche a la mañana, optando por despedir a Chapek.
Según Variety ya hay sustituto, y este no es otro que Bob Iger. En efecto, el CEO de Disney previo a Chapek, que lideró la compañía entre 2005 y 2020. Su elección, una vez asumido que el mandato de Chapek no daba más de sí, es bastante comprensible, y de hecho según trascendió las acciones de Disney ya subieron en un 8%, con la renovada confianza de los inversores. Y es que Iger es la cara de la consolidación de Disney como rey de Hollywood, al haber adquirido durante su mandato el control de Marvel, Pixar y Lucasfilm y culminar la venta de 20th Century Fox. Iger vuelve al trono, en un movimiento que hay quien relaciona con cuando Steve Jobs volvió a dirigir Apple en 1997 tras 12 años apartado de la empresa. Claro que, en el caso de Chapek/Iger, todo ha sido mucho más rápido.
“Agradecemos a Bob Chapek el servicio prestado a Disney durante su larga carrera, incluido el liderazgo de la compañía a través de los desafíos sin precedentes de la pandemia”, ha declarado Susan Arnold, presidenta del consejo de administración. “La junta ha llegado a la conclusión de que mientras Disney se embarca en un período cada vez más complejo de transformación de la industria, Bob Iger está en una situación única para dirigir la compañía a través de este período crucial”. Antes de abandonar la empresa en 2020, Iger había intentado retirarse en varias ocasiones, pero su contrato se siguió prorrogando al no hallar sucesor. Sus desacuerdos con Chapek han sido muy publicitados.
Mientras Iger siempre quiso centrarse en la creatividad y en el desarrollo de propuestas que aunaran éxito de crítica y público, Chapek era un tipo más preocupado por las finanzas, que además tuvo que comandar Disney en el periodo más complejo de su historia. Porque sí, poco después de que Chapek sucediera a Iger llegó la pandemia, con el cierre de cines y parques temáticos. Y no fue el único problema al que tuvo que enfrentarse, pues su gestión ha estado igualmente marcada por la demanda de Scarlett Johansson y la crisis Don’t Say Gay, cuando la imagen pública de Disney quedó en entredicho por su apoyo a políticos que querían implantar esta legislación homófoba en Florida.
“Soy muy optimista con el futuro de esta gran compañía y estoy encantado de que la junta me haya pedido que vuelva a ser su consejero delegado”, ha declarado Iger. “Disney y sus marcas y franquicias ocupan un lugar especial en los corazones de tantas personas en todo el mundo, y muy especialmente en los corazones de nuestros empleados, cuya dedicación a esta compañía es una inspiración. Me siento profundamente honrado de que se me pida que vuelva a liderar este equipo, con una misión centrada en la excelencia creativa para inspirar a las generaciones a través de una narración inigualable y audaz”.
Pese a los problemas del mandato de Chapek, antes de ser reemplazado por Iger su contrato había sido renovado en junio por tres años más.