El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, estimó que el “programa de reformas” de la gestión de Mauricio Macri necesita, “por lo menos, cuatro años más para consolidarse”
“Evidentemente, hay una visión de que este programa de reformas que se inició en diciembre de 2015 necesita prolongarse, por lo menos, otros cuatro años para consolidarse, para que los resultados sean bien visibles y para que en 2023, cuando se esté discutiendo la política económica del siguiente gobierno, se discuta en un rango mucho más pequeño que el que se suele discutir en la Argentina”, sostuvo el funcionario.
En un reportaje publicado en el matutino La Nación, Dujovne negó que el país atraviese una “crisis”. “Este año, la economía tendrá una caída parecida a 2016. Sin duda estamos en una recesión”, indicó.
“Una crisis la asocio más a un gran cambio de esquema y reglas. Nosotros entramos a este periodo tan difícil con un conjunto de reglas y estamos saliendo con el mismo conjunto”, explicó el funcionario.
Dujovne advirtió que la economía argentina está todavía “en medio de la situación” que comenzó “hace unos meses, con una baja en el nivel de actividad”. “Comenzó con la sequía y luego se fue expandiendo a la economía no agrícola, de la mano de la depreciación del tipo de cambio, la aceleración de la tasa de inflación y el impacto que tuvo sobre los salarios reales”, admitió el titular del Palacio de Hacienda.
“Estamos aún en medio de esa situación, pero con un programa muy solido para ir transitando este período, que llevará un tiempo y terminará, primero, de la mano de las exportaciones, que ya se están recuperando, y con la estabilización de la inflación irán recuperándose los salarios reales. Más adelante, de la mano de la baja de la tasa de interés empezará a funcionar la inversión”, estimó.
Dujovne justificó el endurecimiento de la política monetaria restrictiva y la reducción del gasto público en el próximo presupuesto.
“Hoy tenemos un esquema macroeconómico muy ordenado, estamos camino a tener un presupuesto aprobado con equilibrio primario, cosa que no teníamos desde 2009. Hemos decidido adoptar una regla monetaria muy dura, que es la que pensamos que necesitábamos para dar un cambio realmente radical respecto de lo que nos venía ocurriendo en los últimos meses, donde no lográbamos estabilizar las variables nominales de la economía. De esta manera, habrá una fuerte contracción monetaria que fortalecerá el peso”, apuntó.
“Decidimos tomar el toro por las astas y adoptar esta política monetaria, muy dura, que nos permitirá anclar de nuevo las expectativas de inflación”, sostuvo.