Dulce señor

Sale a la venta una edición especial del disco homenaje a George Harrison a 75 años de su nacimiento

Una edición limitada de cien vinilos del “Concert for George”, el recital tributo a George Harrison del que participaron Eric Clapton, Paul McCartney, Ringo Starr, Tom Petty y Jeff Lynne, entre otros, llevado a cabo en noviembre de 2002, a un año de su muerte, fue lanzado por su viuda Olivia y su hijo Dhani, como celebración por los 75 años del nacimiento del ex beatle.

Se trata de una caja que contiene 4 LP, 2 CD, 2 DVD, un libro de fotos de 60 páginas, un pedazo de la tela usada como tapiz del escenario y una carta escrita por Olivia, a la que sólo se puede acceder a través del sitio oficial del músico, en manos de su familia.

 

 

“Siempre celebraremos su cumpleaños y este vez lanzaremos ‘Concert for George’ en un paquete muy especial en memoria de un hombre especial”, afirmó en un comunicado la viuda del creador de éxitos como “Something”, “Here comes the sun” y “While my guitar gently weeps”, entre otros.

El concierto había sido organizado por su amigo Eric Clapton e incluyó una veintena de canciones del ex beatle, interpretadas por distintas figuras, entre las que también se alistaron el grupo humorístico Monty Python; la cantante Anoushka Shankar, hija de su maestro de sitar Ravi Shankar; y los tecladistas Billy Preston y Jools Holland.

El recital celebrado el 29 de noviembre de 2002, en el Royall Albert Hall, fue registrado en video por David Leland, también amigo personal de Harrison, quien ganó por este trabajo un Grammy en 2005 al mejor video formato largo.

Precisamente, esta cinta fue proyectada días atrás en 75 cines de Estados Unidos, también como parte de la celebración por el 75 aniversario del nacimiento del guitarrista principal de The Beatles.

 

 

Nacido el 25 de febrero de 1943, en Liverpool, menor de cuatro hijos de un conductor de autobús y una ama de casa, Harrison se caracterizó por ser el miembro más serio y callado del popular cuarteto.

Dotado de una gran paciencia, una admirable tenacidad y una notable capacidad de observación, fuente de un sarcástico sentido del humor, el ex beatle ganó su lugar en el grupo a base de esfuerzo.

Su estilo musical lo forjó a partir de largas horas de entrenamiento, ante la evidente desventaja en la que se encontraba ante el enorme talento compositivo de sus compañeros John Lennon y Paul McCartney.

Crítico al extremo de toda la parafernalia creada alrededor del grupo, la evolución musical, tanto a nivel interpretativo como creativo, de George puede apreciarse claramente a lo largo de los discos de The Beatles; del mismo modo que el efecto que tenía en la banda su personalidad.

Para ello, basta comparar los tímidos y controlados solos de guitarra de los primeros discos, y la simpleza de canciones como “Don’t bother me” o “I need you”, con soberbias composiciones como “Taxman”, las citadas “Here comes the sun”, “Something” y “While my guitar gently weeps”.

 

 

Más allá de su particular toque de guitarra, inspirado fundamentalmente en el rockabilly de su ídolo Carl Perkins, el lugar distintivo de George en el grupo lo encontró cuando abrazó la cultura hindú, la cual afloró en temas como “Love to you” y “Withing you without.

Harto de las exigencias que conllevaba la fama de los Beatles y del escaso espacio en los álbumes para sus creaciones, un lugar casi monopolizado por Lennon y McCartney, Harrison fue uno de los más beneficiados en principio con la separación del popular grupo.

En los inicios de la década del ’70, con muchas de las canciones que años atrás habían sido vetadas por sus ex compañeros, publicó el disco triple “All thing must pass”, su obra cumbre; en tanto que organizó el famoso “Concierto para Bangladesh”, otro hito para la época del que participaron figuras como Bob Dylan y Leon Russell.

A pesar de este impacto inicial en su carrera solista, no logró repetir este suceso en los años siguientes, en los que publicó varios discos, entre ellos “Living in the material world”, “Dark Horse”, “Extratexture” y “33 and 1/3”, en los que apenas logró destacar unas pocas canciones.

Su particular y crítico sentido del humor lo llevó a participar en la película “The Rutles”, en 1978, una parodia de un ficticio grupo cuya historia se asemejaba bastante a la de The Beatles, como así también en la primera mitad de los ’80 creó la productora Handmade Films, sólo para poder financiar la realización de la película “La vida de Brian”, de los Monty
Python.

Los años ’80 fueron testigo además de dos acontecimientos importantes en su vida musical: el lanzamiento del disco “Cloud Nine”, en 1987, que contenía el hit “Got my mind set on you”, un éxito de ventas en todo el mundo; y la unión con sus amigos Bob Dylan, Jeff Lynne, Roy Orbison y Tom Petty para conformar el efímero pero recordado grupo The Travelling Wilburys.

Como desde el inicio de su carrera con el popular grupo, George luchó por mantener a toda costa su bajo perfil, a pesar de ser parte de la realeza del rock. Hasta estuvo a punto de tener el mismo destino de Lennon, cuando fue atacado por un fan a punta de cuchillo en su propia mansión, a fines del año 1999.

Fiel a su estilo, Harrison trató de mantener a la prensa a raya cuando se supo que luchaba contra un cáncer de garganta, que finalmente causó su muerte el 29 de noviembre de 2001, mientras trabajaba en su nuevo disco “Brainwashed”, sucesor de “Cloud Nine”, que fue terminado por su hijo Dhani.

“Prefiero ser un ex beatle antes que un ex nazi, pero de todos modos preferiría ser un ex nada”, es una de sus frases que mejor definen al hombre cuya humanidad de forma cabal puede apreciarse en el documental de Martin Scorsese “Living in the material world”.

 

 

(Télam)