Desde julio de 2016, Pierre Henri Guignard, el embajador de Francia en la Argentina, sigue semana a semana las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) que avanzan, a paso lento, en un acuerdo entre ambos bloques económicos.
El presidente Mauricio Macri y su par francés, Emmanuel Macron tienen, además, intereses y orígenes similares. Ambos provienen del mundo empresarial y, además, impulsan reformas en el mundo laboral.
En este entrevista con Diario Vivo, tras una conferencia brindada en la Universidad de El Salvador, Guignard se refiere principalmente a las negociaciones Mercosur-UE pero también aborda dos grandes objetivos del gobierno de Cambiemos: la llegada de nuevas inversiones y la reforma laboral que, por estos días, comenzará a ser discutida en el Congreso de la Nación.
-En el último encuentro entre Macri y Macron en la cumbre del G-20 en Hamburgo ambos mandatarios destacaron los avances en un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Sin embargo, Macri resaltó que el sector agrícola todavía representa un obstáculo para avanzar. ¿Usted lo considera así?
-El encuentro entre el presidente Macri y Macron fue muy breve en Hamburgo. De este encuentro Macri dijo compartir con Macron una visión general y global sobre el libre comercio, sobre un mundo más abierto. Después de esto, efectivamente Macron expresó su respaldo a un acuerdo de asociación entre la UE y el Mercosur pero también recordó las expectativas que tenía él para ese acuerdo. Es decir, que primero sea ambicioso y que no se limite al comercio. En segundo lugar, que sea balanceado y que tome en cuenta los intereses globales de otros grupos. Tercero, que sea un acuerdo que tome en cuenta los intereses particulares de algunos países, en particular los temas agrícolas. Y cuarto, recordó que el mandato de negociación que se había dado a la comisión europea era con fecha de 1999 y que desde entonces nuestro mundo había evolucionado y que era importante que el acuerdo al que debíamos llegar reflejaran las preocupaciones tanto de ambos gobiernos como las otras opiniones.
-En Europa la actividad tiene un subsidio que aquí no, entonces un acuerdo sería contrario a los intereses agrícolas de sudamérica. ¿Cuánto se avanzó en estos aspectos, como el agrícola, que es uno de los más divergentes?
-Si se toma el ejemplo de Francia y Argentina, que son dos potencias agrícolas, está claro que hay mucho que negociar. Pero yo me reúno con representantes de otros sectores y he tenido intercambios con la UIA y siento que la industria argentina, y el Mercosur en general, está un poco renuentes. O sea, no hay que limitar el problema al agro. Eso solo uno de los aspectos, es importante para la Argentina y Francia, pero más allá de eso hay otros temas que tiene que ser tomados en cuenta.
-¿Qué otros aspectos debería abarcar un acuerdo entre ambos bloques?
-Más que todo, debe tener una ambición general, de acercar dos grupos que tienen intereses compartidos en el mundo, y que tienen tendencia al repliegue sobre sí. No estamos tratando de crear un supermercado gigante, estamos tratando de tener una visión compartida en términos de obligaciones sociales, climáticas, con el medio ambiente. Todo eso debe reflejarse en los términos del acuerdo al cual debemos llegar. Lo que dice Macron no es que debemos llegar a un acuerdo, sino a un buen acuerdo. Y que debemos tomarnos el tiempo que se necesita. O sea, para qué correr para tener un acuerdo muy limitado, cuando con ambición política podemos tener uno más inclusivo y más sólido.
-¿Hay alguna posibilidad que con las discusiones sobre el Brexit o lo que pasa en España afecten todas estas negociaciones a nivel bloque?
-Es el trabajo de los negociadores tomar en cuenta todos esos elementos. Se está negociando la salida del Reino Unido, pero de todas maneras los términos van a ser globalmente los mismos. De la misma forma tengo entendido que el proceso de adhesión de Bolivia al Mercosur sigue su curso, entonces podemos llegar a tener un acuerdo con cinco países del Mercosur. El tiempo no se va detener y tenemos que tener en cuenta esas evoluciones. Es precisamente lo que está diciendo Macron, que el mundo sigue avanzando y tenemos que tomar en cuenta todos esos elementos, por eso este trabajo. Y vamos de round en round de negociación. A veces los negociadores se encuentran muy optimistas porque han podido progresar y a veces se han bloqueado sobre algunos temas y les cuesta un poco más de trabajo, pero hay que ser muy optimistas. Creo que nunca hemos estado tan cerca de un acuerdo entre los dos bloques.
-¿Las disputas en el CIADI entre Argentina y Francia pueden influir en la relación entre ambos países?
-Teníamos, si mal recuerdo, nueve casos, que fueron arreglados entre los dos estados o que fueron al CIADI. Eso muestra un gran progreso. Tenemos dos casos no arreglados a pesar de la decisión del CIADI. Uno es la empresa Suez con Aguas Argentinas y el otro es Gas del Estado, un caso que involucra al estado francés y al argentino. Esos dos siguen pendientes. Lo que abogamos con (el ministro de Finanzas) Luis Caputo es que lleguemos a un arreglo en los dos, para que los inversores tengan la convicción de que aquí en la Argentina hay seguridad jurídica y que pueden hacer nuevas inversiones. Esa es la preocupación y estamos muy cerca hay una voluntad política de ambas partes.
-Desde el Gobierno nacional se convoca frecuentemente a que las empresas inviertan. ¿Desde Francia qué interés hay en la Argentina?
-Las empresas francesas que están en la Argentina están invirtiendo, como en os casos de Total, de Carrefour, de Peugeot Citroen. Lo que falta todavía son inversiones nuevas, de empresas que no están presentes en la Argentina. ¿Que es lo que faltaba? Primero, esperaban una definición política, que desde el 22 de octubre la tenemos. Otro elemento es que los argentinos inviertan en la Argentina. O sea, el dia que los inversores inviertan más en la economía argentina va a ser un incentivo muy fuerte. Pienso que en el marco que he presentado, ya con una definición política clara, con una situación económica y de reformas que son muy alentadoras, con un marco y la perspectiva de una acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, están los elementos para que los inversores vengan de nuevo a la Argentina. Y para terminar ese cuadro, que se arreglen los dos casos pendientes en el CIADI entre el gobierno argentino y francés, y ya con eso el camino estará abierto para más inversiones.
-En este marco, ¿qué importancia tiene la reforma laboral que propone el Gobierno y que en Francia han llevado adelante?
-Es uno de los elementos esenciales. Lo que busca el inversor es una seguridad jurídica. El presidente aquí dice que lamenta la industria del juicio laboral. Me imagino que las empresas tienen el mismo espíritu. Al mismo tiempo es muy importante que la mano de obra tenga protección y que las reformas tanto en Francia como en Argentina le den más flexibilidad al empresario, pero también más seguridad al empleado. Esa es la clave de un buen acuerdo y por eso Macron, a través de un largo proceso de negociación con los sindicatos, ha logrado poner las bases de una gran reforma laboral. Lo hizo en concertación con los sindicatos y le ha dado resultado. Creo que nuestras empresas esperan el mismo tipo de acuerdo en la Argentina.