Los líderes de las principales economías mundiales se encuentran en Buenos Aires. Pero lejos de ser una cumbre marcada por el optimismo, el escenario en el cual se inscribe parece mucho más conflictivo que el que se ha dado en anteriores reuniones.
Hay varios frentes de conflictos abiertos. Tensiones sin resolución que podrían profundizarse o diluirse en Buenos Aires.
Mauricio Macri ha intentado redefinir su agenda de política exterior. Marcada por un discurso de la nueva inserción en el mundo, el presidente argentino intenta mostrar al mundo una imagen de credibilidad y confianza.
Pero el panorama económico y el malestar social por el que atraviesa nuestro país no parecerían ser capaces de brindar las señales óptimas que el gobierno nacional espera.
Sin embargo, el foco de esta cumbre pasará por otro lugar. Y es que existen algunos frentes de conflictos bilaterales que, por ahora se encuentran sin resolución.
Por un lado, la cada vez más tensa relación bilateral Estados Unidos-China. Tensión que se expresa en una férrea guerra comercial. Esto se ve exacerbado por las características propias de un líder impredecible como Donald Trump. Presidente nortemericano quien, amparado en la consiga “America First” -Primero Estados Unidos- encendió las luces de alarma del mundo de los negocios con un marcado viraje proteccionista.
Es en este sentido que la Unión Europea se encuentra preocupada por acelerar la concreción del tratado comercial preferencial con el Mercosur. Según Christoph Leitl, presidente de Eurochambers “Si no conseguimos el tratado Unión Europea-Mercosur, Estados Unidos nos arrollará”.
Más allá de su excéntrica personalidad, Donald Trump también concentra las miradas de los ecologistas. No es ninguna novedad que al primer mandatario estadounidense poco le preocupan los problemas asociados al cambio climático. Esto podría llevar a enfrentarlo con su par francés. Emmanuel Macron aspira a erigirse como líder planetario en la lucha contra el cambio climático.
Por su parte, Trump mantiene otro frente de conflicto abierto con Rusia. Ya sea que se trate de cuestiones nucleares o la escalada de conflicto en Ucrania, el cruce de ambos mandatarios distará de ser relajado.
Por último, el indeseable número uno. Al príncipe saudí Mohamed Bin Salman, acusado de violaciones a los derechos humanos, le costará encontrar a alguien que desee compartir una foto con él.
Tenso sin lugar a dudas será el encuentro de éste con el mandatario turco Recep Tayyip Erdogan. Más tenso aún un posible cruce entre Salman y Putin. El presidente ruso ya vaticinó que quería “preguntarle” al saudí “por qué asesina a periodistas en territorio extranjero”
Entre tanto cruce de gigantes parece difícil que la Argentina logre prioridad a los temas propuestos desde la presidencia de la cumbre. ¿Cuál será el saldo de las reuniones? Resta ver y esperar.