El gobierno brasileño autorizó la actuación de la Fuerza Nacional de Seguridad, un cuerpo de elite integrado por agentes de las Policías de todo el país, para integrarse al combate de la pandemia del coronavirus, incluso para acciones coercitivas, según anunció el Ministerio de Justicia.
La medida fue publicada la noche del lunes en una edición extraordinaria del Diario Oficial de la Unión, el Boletín Oficial brasileño, después de que la cifra de fallecidos a causa del Covid-19 llegó a 159 y el número de contagios asciende ya a 4.579, de acuerdo con los últimos datos divulgados por el Ministerio de Salud.
Creada en 2004, la Fuerza Nacional de Seguridad está integrada por los mejores agentes de los grupos de elite de la Policía Federal y las Civil y Militarizada de los estados.
El gobierno utiliza el grupo en casos de emergencia o calamidad y su más recientes actuaciones fueron el año pasado durante la ola de ataques contra el transporte público y predios en el estado de Ceará, en el combate a los incendios en la Amazonía y en las tierras indígenas de Maranhao donde fueron asesinados líderes comunitarios, precisó la agencia de noticias EFE.
En principio, la actuación de la Fuerza Nacional de Seguridad está autorizada hasta el 28 de mayo, pero se puede extender por más tiempo si las autoridades lo consideran necesario.
El grupo policial especializado dará “auxilio a los profesionales de salud” y brindará “seguridad en el funcionamiento de los centros de salud”, además de “garantizar” la “distribución y almacenamiento de ítems médicos, farmacéuticos, alimenticios y de higiene”.
De igual manera, participará en “la seguridad y auxilio del control sanitario” en puertos, aeropuertos, carreteras y centros urbanos y su actuación contempla también la “aplicación de las medidas coercitivas” establecidas en la legislación del combate al coronavirus.
Esas medidas prevén, entre otras, garantizar la realización de exámenes médicos y de laboratorio a personas con sospecha de la enfermedad y que, en caso de dar positivos, cumplan el aislamiento obligatorio determinado por las autoridades sanitarias.
Mientras el Ministerio de Salud, el Congreso, la mayoría de gobernadores, alcaldes y diferentes sectores de la sociedad defienden la adopción de medidas, como la cuarentena obligatoria y el cierre de actividades no esenciales, el presidente Jair Bolsonaro resiste las recomendaciones internacionales y quiere limitar las acciones al aislamiento parcial.
El lunes, el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, dijo en una conferencia de prensa que el gobierno iniciará un nuevo modelo de coordinación “ampliado” de las acciones contra el coronavirus.
Uno de los objetivos de esa coordinación interministerial será garantizar que los materiales necesarios para enfrentar la pandemia lleguen a “todos los rincones” de un “país continental”, que tiene unos 210 millones de habitantes, explicó Mandetta.
Ese material incluye respiradores, unidades de terapia intensiva y las pruebas necesarias para diagnosticar el coronavirus, que en muchas ciudades de Brasil aún son escasos para atender por completo la demanda generada por la pandemia.
(Télam)