El cambio climático y los conflictos armados son las dos principales explicaciones para una cifra desoladora: 815 millones de personas (38 millones más que el año pasado) sufren hambre en el mundo y, al mismo tiempo, de ese número 155 millones de niños padecen distintas formas de malnutrición.
Las problemas de salud son preocupantes y ya constituyen una pandemia. De acuerdo al último informe sobre seguridad alimentaria y nutrición de la ONU, además 52 millones de niños sufren de emaciación, que indica un peso bajo en relación a la estatura. Los cambios alimentarios también golpean a los adultos por los cambios en los hábitos, que llevan a problemas de anemia en mujeres y obesidad adulta en adultos.
“En la última década, el número de conflictos ha aumentado de forma dramática y se han vuelto más complejos e irresolubles por su naturaleza”, expresaron los responsables de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el prólogo conjunto al informe.
Acabar con el hambre está entre las 30 metas dispuestas por la ONU para el año 2030, como parte del programa de Desarrollo Sostenible.
“Esto ha hecho saltar alarmas que no podemos ignorar: no acabaremos con el hambre y todas las formas de malnutrición para 2030 a menos que abordemos todos los factores que socavan la seguridad alimentaria y la nutrición. Garantizar sociedades pacíficas e inclusivas es condición necesaria para ese objetivo”, indicaron desde la ONU.
La mayor parte de las personas afectadas por el hambre se encuentran en Asia, en donde suman 520 millones. En segundo lugar, el continente africano alberga a 243 millones que también lo sufren. Latinoamérica y el Caribe se ubican en el tercer lugar de este ránking de hambre, con 42 millones de personas bajo esta condición. De esta forma, el 11 por ciento de la población mundial padece hambre.
La hambruna golpeó diversas zonas de Sudán del Sur durante varios meses a principios de 2017, y existe un grave riesgo de que vuelva a producirse allí, así como de que aparezca en otros lugares afectados por conflictos, en especial el noreste de Nigeria, Somalia y Yemen.
Los expertos advierten que incluso en regiones que no sufren de tanta violencia, las sequías o inundaciones -ligadas en parte al fenómeno climático de El Niño-, así como la desaceleración económica mundial, han llevado también a un deterioro de la seguridad alimentaria y la nutrición.
Entre otras conclusiones, el documento detalla que en el mundo hay 41 millones de niños que sufren sobrepeso, y 641 millones de adultos obesos. Además, 613 millones de mujeres tienen problemas de anemia.
Por otra parte, el informe señaló que las personas que viven en países afectados por crisis prolongadas tienen casi 2,5 veces más probabilidades de padecer subalimentación que las que viven en otros lugares.