Las víctimas por la balacera de Las Vegas, la agresión de este tipo más sangrienta en la historia moderna de Estados Unidos, ya ascienden a 58, en tanto que más de 500 personas se encuentran heridas. Mientras tanto, el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) se adjudicó el ataque.
Stephen Paddock, el tirador del hotel Mandalay Bay Resort and Casino, quien anoche abrió fuego contra una multitud que asistía a un concierto de música country, se confirmó que fue hallado muerto en el piso 32 del edificio desde donde apuntó contra sus víctimas.
La matanza de hace algunas horas superó al atentado de junio del año pasado, en una discoteca gay de Orlando, en donde un extremista asesinó a balazos a 49 personas.
Ayer, alrededor de las diez de la noche hora local, Paddock, de 64 años, abrió fuego contra los asistentes al espectáculo musical, en donde se calcula que había 22 mil personas.
Harrowing video of mass shooting during @Jason_Aldean set of #Route91Harvest Festival in #LasVegas. #MandalayBay pic.twitter.com/gaXgDBbZKV
— Evan Schreiber (@SchreiberEvan) October 2, 2017
La policía no encontró una explicación al comportamiento asesino del hombre. De acuerdo Eric Paddock, el hermano del tirador, su hermano no estaba afiliado a ningún grupo violento. A pesar de la falta de respuestas a la actitud de Paddock, los terroristas de Estado Islámico se adjudicaron el ataque. A través Amaq, su agencia de noticias, los yihadistas afirmaron que el atacante se había convertido al Islam y que era uno de sus “soldados”.
A pesar de esta declaración, el FBI, a través de Aaron Rouse, a cargo del operativo en Las Vegas, aseguró que su agencia no había encontrado ninguna “conexión con un grupo terrorista internacional”.
Por su parte, los padres del atacante dijeron a la prensa que Paddock era un hombre “tranquilo”, que era piloto de avión y que había viajado a Las Vegas para jugar en los casinos y ver espectáculos musicales.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump declaró ante los medios de prensa que la balacera fue un acto de “pura maldad” y ordenó que las banderas flameen a media asta. Aunque tenía previsto visitar Puerto Rico, que se encuentra devastada por los últimos huracanes, el magnate anunció que se dirigirá a la zona de la tragedia.