El Malba decidió compartir online la correspondencia entre la artista surrealista Remedios Varo y su amiga, la fotógrafa húngara Kati Horna, en el marco de la exposición “Constelaciones” que se había inaugurado en el museo y que debió cerrar sus puertas por la cuarentena.
“Fuga epistolar” se titula el dossier que se puede descargar en la web y que incluye una serie de cartas que Varo envió a Horna (1912-2000), su amiga íntima, durante sus viajes fuera de México, que era la ciudad de residencia de ambas.
Las misivas han sido recuperadas para esta exposición por la directora artística de Malba, Gabriela Rangel, quien trabajó en el archivo de Norah Horna junto con Verónica Rossi, curadora asociada de investigación.
Como Varo, Kati Horna fue también una exiliada; se formó en Budapest, junto a su amigo de la infancia Robert Capa y dejó su ciudad natal a los 19 años para iniciarse como fotógrafa en Berlín, donde se vinculó con la escuela Bauhaus y con el escritor Bertolt Brecht.
En 1937 viajó a París, huyendo de la persecución, y luego a España, invitada como fotorreportera para trabajar en un álbum de imágenes sobre el bando republicano: allí realizó numerosas fotografías de la Guerra Civil utilizando la técnica del fotomontaje y colaboró con publicaciones anarquistas.
Al igual que Remedios Varo, se exilió a México desde París, junto al artista José Horna, su pareja, y de quien tomó su apellido.
En Ciudad de México conoció a Remedios Varo y se reunió con otros artistas exiliados como Leonora Carrington, Gunther Gerzso, Walter Gruen y Benjamin Péret, quienes se encontraban frecuentemente en su casa en la calle de Tabasco, en la colonia Roma.
La correspondencia, que actualmente pertenece al Archivo Horna, fue enviada por Remedios Varo desde Venezuela en 1948 y desde Francia en 1958.
Si bien no constituyen en sí un “epistolario”, dado que no se conservan la totalidad de las cartas enviadas ni las respuestas de Horna, estos documentos permiten recuperar una voz detrás de la figura de la artista que no es meramente la de la conversación entre intelectuales.
Muchos de los nombres y lugares a los que aluden en sus correos siguen vigentes en nuestro horizonte cultural: los hoteles desde donde escribió, el monumental Hotel Jardín de Maracay y el icónico Hotel Aiglon de Montparnasse, donde también se alojaron Luis Buñuel y Alberto Giacometti; y los escritores y artistas Gerardo Lizarraga, César Moro, Leonora Carrington, Rufino Tamayo y José Horna.
En este registro de Varo se trasluce su nostalgia de la Ciudad de México, centro neurálgico de su producción artística, así como la relevancia de los vínculos y el modo de vida que tenía en la ciudad.
Además, posibilita un acercamiento a la vida de esta figura vinculada al surrealismo iluminando a través de estos textos íntimos, sus luchas e inquietudes, se lee en la web del museo.
La exposición “Constelaciones”, curada por Victoria Giraudo y Carlos A. Molina, propone un recorrido por la obra pictórica de la artista y exhibe documentos, entre ellos, estas cartas que iluminan su pensamiento.
(Télam)