El mundo de las letras está de luto. El sábado a la edad de 87 años recibíamos la triste noticia. El escritor Juan Marsé, ganador del Premio Cervantes y considerado una de las voces contemporáneas más brillantes de la literatura española, fallecía a la edad de 87 años en la ciudad de Barcelona.
Marsé deja tras de sí un legado sin igual. Con una trayectoria larguísima de novelas cuentos, guiones y críticas de cine que supieron marcar a una generación. Obra en la que brilla su compromiso social por un realismo literario y la apuesta por mantener encendida la memoria con una buena historia.
“Un escritor no es nada sin imaginación, pero tampoco sin memoria, sea ésta personal o colectiva. No hay literatura sin memoria“, recordaba Marsé al recibir el Premio Cervantes en el año 2008. Esta es quizás la frase que mejor lo identifica como escritor; que mejor refleja su obra y toda su trayectoria literaria.
Juan Marsé nació en enero del año 1933 con el nombre de Juan Faneca. Adoptó el apellido Marsé de una familia de campesinos que lo adoptó y crió como un hijo más.
Desde un pequeño trabajó para ganrse la vida. Fue recién en el año 1965 que pudo dedicarse de lleno a la escritura gracias a la publicación de “Últimas tardes con Teresa“, que un año después se llevó el Premio Biblioteca Breve.
Así comenzó a ganarse la vida a tiempo completo con la literatura y todo lo que rodea al mundo del libro: trabajos con editoriales, traducciones y hasta guiones de cine.
Ya en la década de los 70 comienza a delinearse la impronta de su obra: un realismo con compromiso de época y de clase por su voluntad de traer la voz de los sectores más postergados y no exenta de ironía y humor. En 1970 “La oscura historia de la prima Montse”, una de sus obras más celebradas, vio la luz.
Posteriormente, y como consecuencia de la dictadura de Francisco Franco su obra “Si te dicen que caí” se publicó en Mëxico y recién pudo editarse en España tres años más tarde, en 1976.
En 1978 recibe otro reconocimiento gracias a su obra “La muchacha de las bragas de oro”. El Premio Planetase siempre fue un galardón del que Marsé era miembro habitual pero decidió abandonarlo en 2005, tras denunciar abiertamente la baja calidad de los originales enviados y no atender sugerencias sobre cambios en el proceso de selección.
El narrador escribía en español e ironizaba por la sorpresa que suponía para algunos esa decisión, a lo que respondía: “Soy una anomalía“. Si bien no tuvo afiliación a ningún partido político, en el último tiempo había manifestado que no veía “mucho recorrido al proceso independentista” de Cataluña, según informó la agencia de noticias EFE.
Marsé es recordado por “Últimas tardes con Teresa”, “Un día volveré”, “Ronda del Guinardó” o “Rabos de lagartija”; en donde brilla la Barcelona de la posguerra en su máxima expresión.
Al escritor también se lo recuerda por su otra gran pasión: el cine. Tanto como guionista como espectador, Marsé supo entregar con la pasión que la caracterizaba obras que interpelaban a la fibra más íntima de una generación.
Marsé serña recordado como un escritor comprometido, hijo de una generación que vivió una de las peores tragedias de la humanidad -las guerras mundiales- y que continuó soñando y luchando por un mundo más justo en turbulentos períodos de la historia como lo fue la dictadura franquista.
Su espíritu, empero, vivirá por siempre en sus cuentos y novelas y ya pertenece al legado cultural de España para todo el mundo. ¡Hasta siempre maestro!