El mundo de las letras llora a la primera mujer afroamericana en ganar el Premio Nobel de Literatura, Toni Morrison. La autora estadounidense, de 88 años, falleció el día lunes por la noche en Centro Médico Montefiore en Nueva York.
Eterna defensora de la comunidad afroamericana en los Estados Unidos, escritora comprometida y con un talento magistral para escribir, Morrison supo a lo largo de los años plasmar en sus libros las injusticias y penurias que le ha tocado -y aún le toca vivir- a su pueblo en los Estados Unidos.
En un país atravesado por los conflictos raciales desde sus inicios, Morrison se alzó como la voz de una comunidad por mucho tiempo invisibilizada y oprimida. La escritora se alzaría con el galardón más importante de la literatura en el año 1993 pero su trayectoria como escritora y como militante por los derechos civiles data de hace más tiempo.
A lo largo de sus casi cincuenta años de trayectoria como escritora -su primera novela “Ojos Azules”, vería la luz en 1970-, escribió novelas tanto para adultos como para niños, ensayos y hasta obras de teatro.
Toni Morrison nació en Ohio el 18 de febrero de 1931. Hija de un obrero del acero y un ama de casa, se graduó en filología inglesa. En el año 1964, llegó a ocupar la importante posición de editora en Random House. Desde su importante posición, comenzó un gran trabajo de difusión de otros autores afroamericanos: Angela Davis, Gayl Jones, Toni Cade Bambara y Henry Dumas, por ejemplo.
Finalmente, en los años setenta pudo ver su primera novela publicada. A “Ojos azules” le siguió “Sula”, “La canción de Salomón” y, posteriormente, la aclamada “Beloved”.
Morrison obtuvo el National Book Critics Award por “La canción de Salomón” en 1977. Asimismo, obtuvo el Premio Pullitzer por “Beloved” en el año 1988 y la National Humanities Medal en el año 2000.
Las novelas de la escritora reflejan sus vivencias personales; así como también la de muchos afroamericanos de los Estados Unidos. El padre de la escritora, por ejemplo, fue testigo del linchamiento de dos hombres y siempre mantuvo una profunda desconfianza hacia los blancos. Muchos episodios de violencia racial han sido retratados en sus novelas; por lo que además de estar comprometida por la lucha de los derechos civiles, utilizó sus novelas para volcar su crítica social.
El mundo de las letras pierde de esta manera a una de las más grandes defensoras por los derechos de los afroamericanos