En la actualidad, los altímetros a bordo de satélites monitorizan constantemente los niveles del mar en todos los océanos, pero antes de su lanzamiento en 1992, la información sobre el aumento del nivel global medio del mar provenía de una red de mareógrafos ubicados a lo largo de las costas.
“Estos instrumentos miden el nivel del mar relativo a su posición en lugares específicos de la costa y, por lo tanto, las medidas están contaminadas por el movimiento de tierras vertical de la corteza terrestre y por los patrones de variabilidad regionales que resultan de la redistribución del viento, de los cambios en la circulación de los océanos o por los efectos gravitacionales de la redistribución de masas de agua y hielo en la superficie del planeta”, dice Sönke Dangendorf, autor principal del estudio que se publica en PNAS e investigador del Forschungsinstitut Wasser und Umwelt de la Universidad de Siegen (Alemania).
Según el investigador, hay un sesgo geográfico en su disponibilidad, especialmente en las primeras décadas del siglo XX. “Esto hace que sea muy complicado estimar una media global que no esté contaminada por las características locales de las regiones con mejor cobertura, y en consecuencia ha habido debates importantes sobre las tasas de incremento global del nivel de la mar prealtimétricos”, subraya.
Las grandes discrepancias entre las anteriores reconstrucciones del nivel global medio del mar (1,3-2 mm/año para el siglo XX) tienen a los investigadores perplejos. “Las que muestran mayores tasas de aumento antes de 1990 son inconsistentes con las observaciones independientes y las estimaciones de las contribuciones individuales a partir de modelos climáticos, como por ejemplo la expansión térmica o la fusión del hielo de glaciares y de las capas polares”, añade Sönke Dangendorf.
Por esta razón, el científico y sus colegas observaron más atentamente en su estudio los registros disponibles de los mareógrafos y la información auxiliar de los posibles factores de contaminación, y reconstruyeron la evolución del nivel global medio del mar desde 1902.
“Se seleccionaron solo los registros más largos y de más calidad, que son los que mejor cubren los océanos. A continuación, corregimos cada uno de estos registros del nivel del mar con respecto a todos los factores potenciales de contaminación, antes de hacer la media global. Esto minimiza el riesgo de traducir sesgos geográficos a la media global y añade todavía más confianza a nuestros resultados”, explica Marta Marcos, investigadora en la Universidad de las Illes Balears y coautora del estudio.
(SINC)